Dos de los cuatro presuntos delincuentes muertos el miércoles  por agentes de la Policía Nacional en un supuesto enfrentamiento  en el sector Nuevo Amanecer pertenecían a la banda “Los Lolones”, que opera en Catanga, Los Mina,  informó el  vocero de la Policía Nacional, coronel Máximo Báez Aybar.

Según esa versión,  los jóvenes tenían “un rosario de hechos delictivos”, entre los que citó la muerte del coronel de la Fuerza Aérea Dominicana (FAD) Juan Cesáreo Abad Hernández, asesinado a tiros en mayo pasado por atracadores que lo despojaron de su vehículo en San Luis.

Según la Policía, el grupo era buscado también por el asesinato de los civiles Juan Bautista Clase, Valentín Márquez Bautista y Ruddy Belén Roldán, quien fue muerto durante un atraco.

Las víctimas  fueron identificadas como Amaury Reyes Calzado, Grey Fabián Paula y los hermanos Silvestre y Martín Moreta Encarnación (Nano).

El coronel Báez Aybar   informó que la institución interroga a Carlos Manuel de la Rosa Encarnación, apresado durante el incidente del miércoles, para determinar otros posibles integrantes de la supuesta banda de malhechores.

El oficial dijo que de acuerdo al informe de los agentes actuantes, los presuntos delincuentes la emprendieron a tiros contra ellos en cuanto llegaron al lugar, versión que fue refutada por los moradores del sector.

El jefe de la Policía Nacional, mayor general José Armando Polanco Gómez, designó una comisión para que se investigue las circunstancias en que se produjeron las muertes de los cuatro hombres.

Familiares desmienten.  Cándida Donato, tía de Fabián Paula, negó ayer que su sobrino estuviera implicado en hechos delictivos y narró que el joven intentó huir de los policías  durante el alegado enfrentamiento del miércoles, pero estos “lo tumbaron y después le dispararon por la espalda”.

Dijo que su sobrino trabajaba en un taller de mecánica y que no tenía antecedentes penales.

 La señora Mariana García Peña, abuela de los hermanos Encarnación, dijo que los muchachos estaban dentro de la casa cuando llegaron los agentes y que estos “no debieron de matarlos así”.

Moradores del sector coincidieron en que los agentes llegaron disparando a la vivienda donde se encontraban las víctimas y calificaron el hecho como una ejecución. La Policía ha guardado silencio sobre esa denuncia.

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Ejecución cobarde

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos deploró la forma en la que  fueron acribillados los jóvenes y expresó que no se cuestiona si tenían antecedentes penales, sino el hecho de que los ejecutaron, incluso dentro de una vivienda y por tanto, no ocurrió intercambio de disparo alguno.

Práctica aberrante

El organismo llamó a la Policía a frenar esa vieja práctica y a acogerse a los mecanismos legales a la hora de combatir la delincuencia. A partir de los datos que publica cada año el Departamento de Estado de Estados Unidos,  más de 1,600 personas perdieron la vida en alegados   intercambios de disparos con la Policía,  solo entre 2003 y 2010.