LOS ANGELES, (AFP).- Las masivas protestas estudiantiles en Los Angeles (California), en su mayoría hispanos, contra una reforma migratoria, llevaron el miércoles a las autoridades locales a estudiar medidas drásticas para frenar a los jóvenes, que podrían incluso ser citados por la Policía.

En Los Angeles empezaba este miércoles una nueva manifestación de estudiantes, pero hasta antes del mediodía era menor a las registradas en los últimos tres días.

Para disuadir a los miles de jóvenes de continuar saltando los portones de las escuelas públicas y realizar las marchas, los estudiantes que se fuguen podrían ser citados por la Policía de Los Angeles, afrontar multas de 200 dólares y ser condenados a 20 días de trabajo comunitario, explicaron las autoridades tras una reunión de emergencia.

Con banderas de sus países de origen y al grito de “¡Latinos Unidos!”, miles de estudiantes de secundaria comenzaron las marchas el viernes pasado de forma espontánea en barrios de mayoría hispana, siguieron el lunes unos 36.000 y continuaron unos 8.000 el martes en varias partes de la ciudad, donde saltaron los muros de los colegios y desafiaron una fuerte lluvia. “Una cosa es realizar una protesta espontánea, pero otra cosa es tener varias ausencias continuadas”, dijo el superintendente de la Union Distrital de Escuelas en Los Angeles, Roy Romer, al reunirse con otras autoridades de la ciudad para fijar medidas contra los estudiantes que se sigan escapando de los colegios para manifestarse.

“Los padres tienen la obligación legal de dejar a sus hijos en las escuelas”, indicó Romer precisando que los jóvenes que sigan abandonando los establecimientos escolares serán considerados automáticamente como “fugados”, falta que puede costarles también fuertes medidas disciplinarias de acuerdo con la legislación escolar.

El alcalde de Los Angeles, de origen mexicano, Antonio Villaraigosa, indicó que es prioritario “mantener a salvo a los niños, por eso ellos necesitan volver a la escuela”.

“Si no abandonamos la escuela hoy, la mitad de la escuela que no tiene papeles van a tener que abandonarla pronto”, reclamó Anna Benitez, una estudiante de unos 16 años, que como sus compañeros saltaba las rejas del colegio -cerrado por la directiva- para sumarse al movimiento callejero el martes.

Las masivas protestas, que han tenido lugar en los últimos días en Los Angeles y otras ciudades del país, intentan evitar la aprobación de varias mociones para una reforma migratoria que favorece un endurecimiento de los controles fronterizos, un cambio del estatuto de los ilegales a criminales y penas más fuertes para quienes empleen indocumentados.

En la ciudad de Los Angeles, con una población de más de 9,5 millones de habitantes, viven 4,2 millones (44,6%) de origen hispano, mayoritariamente mexicanos.