PUERTO PRINCIPE, Haití. AP. Luciendo relucientes uniformes nuevos, agentes de la policía haitiana conversan con vendedores callejeros y estudiantes mientras caminan por una de las calles de Puerto Príncipe, tratando de fomentar un acercamiento a la comunidad a medida que trata de mostrar un nuevo rostro.
En esta mañana particular, los agentes iban acompañados por dos veteranos de la policía de Nueva York, ambos estadounidenses de origen haitiano que están ayudando a la policía nacional a prepararse para asumir mayores responsabilidades a medida que van partiendo las fuerzas de paz de las Naciones Unidas. Despreciados hasta hace poco por la fama que tenía la policía de inepta y abusiva, la nueva fuerza dice que la estrategia está empezando a rendir dividendos. “La gente nos está dando información que antes nos negaba”, comentó el agente Gama Jameson mientras patrullaba el distrito de Peitionville con los dos neoyorquinos. “Creo que se sienten más a gusto con nosotros”.
El sargento de la policía neoyorquina Rochner Gilot, quien trabajó como policía en Haití antes de radicarse en Estados Unidos en la década de 1990, observaba de cerca mientras los agentes trataban de ganarse la confianza de los residentes del barrio. “La actitud de la gente hacia la policía no va a cambiar de la noche a la mañana, pero estamos acabando con el mito de que la policía es agresiva o que no se le puede hablar. La gente empieza a darse cuenta de que se les puede hablar”, señaló. La seguridad dependerá de la policía nacional en mayor medida con el retiro de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas, que llegaron en el 2004, en medio de una violenta rebelión, y están siendo reducidas.
La ONU mantendrá un contingente propio de 2.601 efectivos, pero en junio se desprenderá de más de la mitad de los 5.021 efectivos de su fuerza multinacional, que quedará reducida a 2.370 soldados. Mucha gente se pregunta si la policía haitiana está lista para sus nuevas responsabilidades. “No hay duda de que la fuerza policial ha sido reforzada y profesionalizada en los últimos años, pero era tan débil y deficiente, que todavía no tiene el nivel de profesionalidad que todos queremos”, expresó Mark Schneider, del Grupo de Crisis Internacionales, una organización sin fines de lucro con sede en Washington.
La Policía Nacional Haitiana fue fundada en 1995, luego de que el presidente Jean-Bertrand Aristide desmantelase el ejército por su historia de abusos. En el 2004 Aristide fue derrocado y los insurgentes se ensañaron con los agentes policiales, asesinando y mutilando a una gran cantidad. Muchos abandonaron sus puestos. Cuando llegaron las fuerzas de paz de la ONU, se encontraron con una fuerza desmoralizada e incapaz de mantener el orden.
En los últimos años las fuerzas extranjeras de la ONU fueron las que más aportaron en la lucha contra las pandillas en los barrios pobres de los suburbios. A pesar de los progresos, algunos haitianos consideran que los agentes siguen siendo incompetentes y están al servicio de la elite.
“En la cultura haitiana, si tienes un arma y un uniforme, eres uno de los duros. Si se va la ONU y lo único que tenemos es la policía haitiana, sospecho que aquí no se van a respetar los derechos humanos”, declaró Etienne Bergerald, de 25 años, en Delmas 32, un barrio pobre de casas de hormigón, mientras pintaba un auto desvencijado.