Policía, realidad y delito

Policía, realidad y delito

La Policía Nacional dominicana avanza en sentido contrario al ideal de seguridad ciudadana; ella está entrenada en el ideal de control ciudadano. Y el control policial causa caos. Mientras más acción policial tenemos, mayor inseguridad ciudadana. Pueden servir de ejemplo el caso del secuestro Baldera, y la incautación de los motores que transitan sin cascos y sin papeles documentos legales. Dos traumas para nuestra ciudadanía, y dos realidades que podemos aprender a resolver sin policías.

El modelo y la implementación de una política de prevención del delito, responde al modelo autoritario. De acuerdo a este esquema la Policía Nacional la realidad delictual se forma de la criminalidad resultante de las contradicciones del modelo social y de la violencia debido a la actuación y presencia de agentes.

Muchas son las causas del fracaso policial en nuestro país. Se trata de una policía dominada por el poder político. La suerte de los generales y Jefes de Policía le asegura el mayor enriquecimiento y poder que pueda imaginarse; en ese sentido las policías de hoy están al servicio de los políticos. Y la pasada retórica de Reforma Policial relacionada con la prevención del delito fue una farsa. Por lo que entiendo de derecho policial las Policías no pueden reformarse a sí mismas.

Como estas opiniones fueron motivadas por la muerte injustificada de una patrulla contra un estudiante universitario, y tomando en cuenta que nuestra Policía Nacional semanalmente está involucrada en muertes ciudadanas es necesario que los legisladores se propongan revisar el modelo policial. ¿Cuál es el mejor método de luchar contra la delincuencia? Todos los servicios policiales deben trabajar en colaboración con el poder municipal. La mejor policía no tiene que informar a la sociedad sobre sus acciones, sino rendir cuenta al Consejo municipal.

La Policía Nacional al servicio del Ejecutivo no sirve. 

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