Policía reconquista favelas más olvidadas y peligrosas de Río

Policía reconquista favelas más olvidadas y peligrosas de Río

RÍO DE JANEIRO. AFP. En la cima de un morro, una casa derruida y con cientos de impactos de bala, hasta hace pocos días tribunal del narcotráfico, es desde ayer una de las nuevas bases de la policía en la favela Mangueirinha de Rio de Janeiro.

Por primera vez en la historia, la policía entró en julio para quedarse en esta barriada de la Baixada Fluminense, alejada de la playa y de los lugares turísticos, donde la pobreza no perdona. Los cerdos se revuelcan en la basura. Los perros callejeros saltan junto a los niños descalzos, que remontan coloridas cometas.

Una mujer de unos 60 años, sin dientes pero con las uñas de los pies perfectamente pintadas de granate, con pequeñas flores doradas, apunta a un rancho construido con cartones: «Este es mi apartamento de lujo», dice, arrancando carcajadas entre los vecinos.   Desde este lunes, 180 policías patrullan día y noche las calles de esta favela y otras tres vecinas: Sapo, Santuario y Corte 8, consideradas entre las más peligrosas de Rio.  

«A esta gente le falta todo. Almuerzan sin saber qué van a cenar», cuenta a la AFP el comandante Ranulfo Brandao, del Batallón de Policía Militar de Duque de Caxias, del cual depende la operación.

Decenas de policías inspeccionan su nueva base -dos baños químicos en el medio del descampado- y retroceden para esconderse de disparos de fusiles provenientes de las favelas, sobre las cuales tienen una vista de 360º.   Estas barriadas y otras de la Baixada Fluminense son hoy refugio de decenas de narcos que huyeron de las favelas reconquistadas por la policía desde 2008 en la zona sur, la más turística de la ciudad, así como del Complexo do Alemao y de Penha, de cara al Mundial-2014.

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