Policía se mantiene en Capotillo; vecinos esperan mejores servicios

Policía se mantiene en Capotillo; vecinos esperan mejores servicios

POR MANASES SEPULVEDA
El barrio Capotillo cuenta con una notoria presencia policial como parte del Plan de Seguridad Ciudadana, pero los planes sociales prometidos por el gobierno, como el suministro de agua potable, mejoría de la educación y otros, no marchan a la par. Residentes  de este  barrio expresan que la seguridad ciudadana ha mejorado, la vigilancia policial se mantiene y está compuesta por alrededor de veinte agentes, algunos miembros del grupo elite y miembros de la Policía Preventiva.

«De día la presencia policial está muy bien, donde yo la veo un poco floja es de noche, porque algunos de los delincuentes de la banda Los Morenitos que vienen de Las Cañitas hacen atracos a la medianoche», explicó José Salomón Sánchez, residente en la calle La Altagracia.

Cuando periodistas de este diario recorrían el barrio ayer en la mañana, se veía la presencia policial en las calles Aurora y Jesús de Galíndez, donde antes eran frecuentes los actos violentos de los grupos delictivos.

Sánchez dijo que hace tres noches atracaron a un hombre en El Caliche y le quitaron una motocicleta.

Cándida Reyes, una residente del sector, expresó que la delincuencia está un poco apagada.  «La Policía está actuando bien, están en las esquinas todas las noches», dijo.

Sin embargo, la señora Reyes expresó que hace dos noches miembros de la banda Los Menores estaban disparando contra policías del equipo Swat.

Señaló que  el gobierno está tapando las cañadas como en El Túnel y arreglando el problema del agua potable, pero no ha terminado.

DOS FOCOS VIOLENTOS

Observó que el problema más serio de Capotillo es la calle 42, que según afirmó continúa bajo dominio de distribuidores de drogas.

«Casi no van policías por ahí; los otros días casi nos matan en un tiroteo que se armó», dijo.

Comentó que cualquier vehículo que pase por ahí lo consideran sospechoso y tiran al aire para amedrentar a sus ocupantes, y es como «zona de nadie».

Añadió que lo mismo ocurre en el sitio llamado La Pared, que aún son focos que no han sido eliminados. Expresó que el gobierno no ha cumplido las promesas de llevar programas educativos y sociales al barrio.

 «Gran parte de los muchachos no van a la escuela porque no tienen incentivos.  Muchas promesas de educación, comida y empleo hechas por el presidente Fernández aún no se han visto», expresó.

Otro de los problemas de Capotillo es que no cuenta con instalaciones deportivas. Apenas hay canchas, como las de las cercanías del club Oscar Santana.

Para el profesor Pablo Núñez, quien  se considera un sobreviviente a pesar de ejercer su profesión y haberse superado en los estudios universitarios.

«El problema de aquí es básicamente de oportunidades, no de demagogias», expresó.

Resaltó que los jóvenes buscan las drogas por falta de orientación adecuada y porque los narcotraficantes  les ayudan a «resolver sus problemas» corrompiéndolos con dinero.

«Considero que aquí todavía no hay voluntad política para enfrentar el problema de la marginación, falta de empleos, educación y salud», dijo Núñez.

Expresó que el llamado «Plan de Seguridad Democrática» es un «relumbrón» que sólo tendría sentido  si a los jóvenes se les crean oportunidades de trabajo y superación, como fomentar las microempresas barriales, talleres, asociaciones de bienestar comunitario, entre otras cosas.

EL SECTOR DE GUALEY

La presencia policial en el sector de Gualey no se percibe.

José Manuel Pérez, residente en la calle 16, dijo que su vehículo fue atacado a tiros hace unos días. «El carro estaba parado al frente de mi casa y le entraron a tiros por enfrentamiento entre bandas principalmente de Las Cañitas», dijo.

Pérez expresó que los delincuentes acuden  en la noche. «Uno tiene que trancarse a las ocho de la noche.  Imagínate, yo vengo de la universidad», dijo.

Entre las calles más peligrosas están la 16, la José Nicolás Casimiro, y la Presidente Báez, la 31 y la Patria Mirabal. Para José Carmona, el Plan de Seguridad Democrática debe ser llevado a Gualey y a otros barrios.

«Hay miles de policías que pueden hacer ese trabajo.  Ahora tenemos el problema de que delincuentes de Capotillo y de sus alrededores han enfilado sus cañones para acá», dijo Carmona.

El dirigente comunitario José Chalas expresó que para que haya desarrollo y menos delincuencia en Gualey es preciso poner la juventud a estudiar y trabajar.

Consideró que la presencia policial está bien pero que de nada serviría si no va unida a otras cosas.

«Hay otros aspecto que la seguridad democrática debe tomar en cuenta como son los casos de salud y educación que son los pilares para el desarrollo de los marginados», expresó Chalas.

Señaló que la delincuencia es fruto de décadas de marginación y que hay casos de familias enteras atrapadas por la delincuencia porque no han podido salir de ese círculo vicioso.

«Son generaciones de jóvenes perdidos que los políticos sólo los buscan para los votos», dijo.

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