El abogado Pedro Duarte Canaán denunció ayer que Gian Enrique Rojas Matos (Yan Carlos o Chico Raro) y Ricardo Pérez Mateo, acusados de los asesinatos de tres allegados a José David Figueroa Agosto,  fueron trasladados arbitrariamente al Departamento de Operaciones Especiales.

Dijo que aunque la resolución de la jueza de Atención Permanente del Distrito Nacional,  Awilda Reyes, ordena que los imputados sean recluidos en la cárcel de Najayo,  las autoridades “desacataron la medida y los enviaron a un recinto policial”.

Informó que el  próximo lunes apelará la resolución que manda a prisión preventiva a los dos  acusados del crimen del dueño de la repostería La Francesa, Rubén Soto Hayet, del ex coronel  José Amado González y Omar Antigua Polanco.

  Duarte Canaán consideró que se trata de una “acusación peregrina, temeraria y torpe por parte de la Fiscalía del Distrito Nacional contra dos ciudadanos que no se pudo demostrar que  estuvieran vinculados a la comisión de  tres asesinatos”. Indicó que el relato de la  Fiscalía que  figura en el expediente no presenta conexión entre los teléfonos  celulares de Rojas Matos y  Antigua Polanco, como han querido demostrar los investigadores.

Insistió en que en el estudio a las celdas del teléfono celular lo que verifica es que éste conversó con su esposa. Sostuvo que las muertes constituyen un crimen de Estado.

La clave

Jefe policial y tortura

El defensor afirmó  que la Policía raptó a los dos hombres.  Dijo que  el 29 de mayo a Matos Rojas lo sacaron de una banca de apuestas en el sector Las Praderas y que lo condujeron al Estadio Olímpico, donde sostiene que lo torturaron durante siete horas, con una funda en la cabeza. “Eso lo patrocinó el jefe de la Policía”.  Expresó que la intención era arrancarle la confesión deseada, en la que se incriminara. Se preguntó por qué lo de la tortura, si las autoridades dicen tener las pruebas en las manos.