Por primera vez desde que hace tres meses arrancaron las protestas, la policía de Hong Kong usó ayer, domingo, cañones de agua para dispersar a la población en una nueva tensa jornada de marchas prodemocráticas en la que se vivieron incidentes violentos. La marcha más multitudinaria arrancó a las 15.00 hora local (07.00 GMT) entre las zonas de Kwai Chung a Tsuen Wan, una protesta que fue inicialmente prohibida por la policía pero luego autorizada, después de que los organizadores se comprometieran a mantener la ruta.
Este tipo de tratos entre la policía y los activistas se han convertido en un hecho cada vez más frecuente en las últimas semanas a medida que las protestas se vuelven cada vez más violentas.
Sin embargo, aunque estaba previsto que la marcha continuara con una concentración en un parque cercano, en torno a las 16.00 hora local algunos manifestantes comenzaron a crear barricadas improvisadas. Una hora y media después la policía antidisturbios se desplegó y comenzaron a lanzarse gases lacrimógenos para dispersar a la multitud en Tsuen Wan. Según denuncia la policía en un comunicado, los manifestantes les han tirado ladrillos y bombas de gasolina.
Alrededor de las 18.00 hora local , dos vehículos de cañones de agua hicieron aparición y la policía disparó contra las barricadas, tratando de derribarlas infructuosamente. Esta acción era previsible ya que hace un mes se supo que la policía había completado las pruebas de equipos.