Polígono Central de Santo Domingo es moderno centro financiero y comercial

Polígono Central de Santo Domingo es  moderno centro financiero y comercial

Las ciudades, reflejo de las personas, son núcleos de vida, entes dinámicos. Suelen comenzar de manera esporádica, casi al azar y se van convirtiendo en organizaciones formales y ordenadas.
Las ciudades se personalizan y pertenecen a un hábitat geográfico particular que va adquiriendo un espíritu único, una expresión cultural producto del espacio y tiempo de una época determinada. Pero como todo lo humano, las ciudades también tienen un punto de partida y el caso de Santo Domingo en general y el Polígono Central en particular no son distintos.

El asentamiento actual de la ciudad de Santo Domingo, establecido por Nicolás de Ovando en agosto de 1502, tiene ya 511 años de edad.
La compleja urbe de hoy, la más poblada y extensa de toda la región antillana, ha transitado su itinerario de episodios históricos, que, con más fuerza unos que otros, han dejado su huella en este territorio, en estas suaves terrazas que se deslizan hacia el gran mar interior de la Epopeya del Sur, herida por dos ríos vinculados a la salida y a la puesta del sol, y trazada por las dulces montañas que le dibujan septentrionalmente.
La historia, implacable, cumplió sus destinos colonial y republicano, y se abrazó a una modernidad mal entendida, ajena en un principio, pero finalmente inevitable.

A partir de los años 50 del siglo XX, la ciudad se parece más a como la conocemos hoy. La urbe contenida por décadas en los años de Trujillo, irrumpió en los terrenos más cercanos y apetecibles, situados al noroeste de la ciudad.
Antiguas fincas se dividieron entre familias y deudos o terrenos destinados a infraestructuras obsoletas (como el aeropuerto General Andrews). Estas zonas fueron paulatinamente transformándose en modernas urbanizaciones de clase media, con nuevos aires de renovación y progreso.

Desde entonces, los ensanches existentes, de mejorable trazado, van adquiriendo una idea de conjunto hasta convertirse en una entidad municipal similar a como la conocemos hoy: El Polígono Central de la Ciudad de Santo Domingo.
Este epicentro urbano se ha convertido en el núcleo de actividad comercial de mayor interacción inmobiliaria y de prestigio social más importante de la capital de la República Dominicana.
El centro del comercio se ha ido desplazando desde la antigua Calle del Conde, arteria comercial principal de la Ciudad Colonial durante más de 450 años, a la red de avenidas y calles interiores del Polígono Central.

El Polígono Central no se entendería sin apellidos como Piantini, Morales, Saviñón, Tavares, Esteva, Serrallés, Demorizi, Rancier, Hernández, Corripio, Bernal Frómeta, Pou, Baquero, Haza y Pellerano. Son legados de propietarios, proyectistas, empresarios. En definitiva, fundadores que hicieron posible lo que hoy conocemos como Polígono Central.
Estos promotores, también en su día pobladores, han visto cómo en menos de dos generaciones se han transformado sus espacios vitales abiertos en torres de apartamentos y centros comerciales de alta densidad.
Parte de ese legado, también ha contagiado a otros constructores locales como Michel El-Hage (de HAGECO) que, desde hace 25 años, movido por la fe incansable, ha cosechado una sólida reputación basada en la confianza y la innovación que se ha manifestado en todos los ámbitos: comercial, industrial y residencial. Estos ecosistemas fueron en su día ideados y ejecutados por empresarios que creyeron en lo que hacían y contribuyeron con sus creaciones a modelar la capital que disfrutamos hoy.
El buen hacer, la calidad y la incorporación de procesos innovadores, han sido claves en la generación de una confianza que va más allá de cualquier compromiso contractual.

El Polígono Central, comprendido entre las avenidas 27 de Febrero al Sur, Ortega y Gasset al este, John F. Kennedy al norte y Winston Churchill al Oeste, ha evolucionado dramáticamente en los últimos años.
Muchos todavía no conocen que donde en estos momentos disfrutan de una lujosa velada en uno de los restaurantes más populares, o llevan a cabo significativos negocios, no hace tanto tiempo se trataba de una finca ganadera con vocación agrícola, pasando por un área residencial hasta convertirse en lo que es hoy: el gran centro financiero y comercial de la capital de República Dominicana, artífice en gran parte de uno de los crecimientos económicos más significativos de América Latina.

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