Politécnicos como mecanismos de combate a la pobreza y acercamiento al éxito profesional

Politécnicos como mecanismos de combate a la pobreza y acercamiento al éxito profesional

La Iniciativa Empresarial para la Educación Técnica (IEET) presentó el proyecto De Par En Par para vincular a los estudiantes de bachilleratos técnicos con el sector empleador, y garantizar que cuenten con los espacios para realizar sus prácticas laborales formativas. Jessica Batista Reyes. Hoy/Fuente Externa 30/05/21

Cada año egresan 25 mil bachilleres técnicos; programa De par en par garantiza las prácticas

Con 22 años, Jessica Batista Reyes es la chef principal del hotel boutique de cinco estrellas Casas del XVI, en la Ciudad Colonial de Santo Domingo.

Su contratación no la debe al azar. Es el resultado de a la oportunidad que tuvo de estudiar el bachillerato en la Escuela Técnica Hotelera Serranía, que la condujo a unos 120 kilómetros de su natal La Vega, y la colocó en las puertas del que sería su lugar de crecimiento profesional.

“Realicé mis prácticas laborales por dos meses y luego fui contratada como ayudante de cocina; con el tiempo adquirí mayor conocimiento hasta llegar a la posición que actualmente ocupo”, relata la joven.


Abrir las puertas a estudiantes como Jessica para que hagan sus prácticas laborales constituye una oportunidad estratégica que genera un impacto en el desarrollo de las personas y, por ende, del país, afirma Ignacio Peñalver, director de Casas del XVI.
Otro caso de éxito. En un sector tan distinto como la construcción y la minería, Ángel Luis Cosme Núñez también tiene una historia de superación, de triunfo.

El egresado del Instituto Politécnico Loyola desborda orgullo por sus logros. Tiene sentido esa sensación. Procede de un sector en el que, de 10 jóvenes solo dos salen adelante con los estudios.
En la empresa Implementos y Maquinarias (Imca) encontró la oportunidad de hacer sus prácticas laborales con la reparación de culatas, transmisiones, controles hidráulicos, entre otras tareas.

Su desempeño le permitió escalar seis niveles y llegar a la posición de analista de Condición Monitoreo en la empresa que, desde 2007, está involucrada de forma directa en la mejora de los programas de formación técnica del Politécnico Loyola, a través de la Iniciativa Empresarial para la Educación Técnica (IEET).

En 2007-cuenta su presidente, Pedro Esteva- a un joven egresado le tomaba 18 meses tener las competencias de un técnico nivel 1 de la empresa. Hoy, ese tiempo se ha reducido a cero.

Ganar-ganar. Franchesca de Jesús, encargada de nómina de Alarma 24, explica que decidió estudiar auxiliar de contabilidad porque es una carrera que le garantizaría un empleo.
Esta es una de las empresas que abre sus puertas a jóvenes bachilleres en formación técnica.

“En la empresa estamos firmemente convencidos de que desarrollar talentos internamente es la mejor manera de generar valor, además, de contar con colaboradores comprometidos y con conocimiento profundo de nuestras marcas”, afirma Lucille Houellemont, su presidenta.

Bachilleres con titulación técnica. Como estos tres jóvenes, cada año 25 mil estudiantes egresan de los bachilleratos técnicos y de la modalidad de artes en República Dominicana, y desde 2017 es un requisito que en su último año de estudios realicen prácticas formativas en un centro de trabajo, sea público o privado.
Estas prácticas laborales adquieren el valor de la experiencia que tanto les exigen a los jóvenes cuando buscan su primer empleo, concluyen los entrevistados para resaltar la importancia de este plan.

Para facilitar las prácticas en las empresas, IEET habilitó la red De par en par, un programa que vinculará la educación con el sector productivo.

Consiste en una plataforma web en la que los bachilleres podrán inscribirse y los empleadores del sector público y del privado colocarán sus posiciones vacantes, y podrán ponerse en contacto para darles la posibilidad de practicar.

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De par en par
La Iniciativa Empresarial para la Educación Técnica presentó el proyecto De par en par para vincular a los estudiantes de bachilleratos técnicos con el sector empleador, y garantizar los espacios para sus prácticas formativas.

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