Política de barrios es para comer

Política de barrios es para comer

LLENNIS JIMÉNEZ
l.jimenez@hoy.com.do
Adriana King, de  64 años de edad, hizo de “tripa corazón para involucrarse en la campaña electoral. Ayer comió con el arroz y los guandules que le llegaron en la ayuda económica que le entrega el gobierno.

Sus esfuerzos no tienen límites. Madrugó el pasado 16 de mayo para servir como delegada de un colegio de votación y nunca reparó en que su religión le pudiera objetar su activismo. Y es que hace de todo con tal de conseguir que su marido, Jaime Daniel King, de 69 años, consiga la ayuda necesaria para ser operado de la catarata que le impide ver del ojo izquierdo y una parte del ojo derecho, después de una fracasada cirugía. Esta familia del sector La Ciénaga intentará que el gobierno le facilite un seguro médico.

Mientras  Milagros Medina, una banileja de 48 años que cuelga en su pared un retrato con la hermosura que la hizo merecedora de la mirada de los muchachos más apuestos de su juventud, se arriesgó a ir a caminatas y encuentros políticos en el barrio, por la promesa de que recibiría materiales para reparar la casa y a la espera de un seguro médico.

Como ellas, la mayoría de la gente pobre y muy pobre de barrios como La Ciénaga y Los Guandules se incorporó a la campaña política de los distintos partidos en busca de ayuda económica para reparar su vivienda, por la promesa de un empleo, de un seguro de salud y otros beneficios que les llegaban por boca de los dirigentes barriales.

Dalisy Benítez tiene un niño de seis meses, a sus 21 años de edad, cuando procura avanzar en sus estudios de psicología industrial, del nivel universitario.

Le parió a un hombre que le dobla la edad que no le proporciona todo lo que necesita.  Sin embargo, no le interesa mendigar a un partido político.

Zoom

Después de dos trombosis

A Jaime David King lo vieron morir dos veces. Luego de padecer de esta enfermedad, fue despedido de la Autoridad Portuaria, en el tiempo de la privatización del muelle de Santo Domingo. Salió como la mayoría de los dominicanos cuando agotan su vida laboral, muy enfermo, sin fuerzas y sin un pago justo. Ahora necesita ayuda para pagar una cirugía ocular que le devuelva la visión. Se siente indignado con los médicos del hospital Salvador B. Gautier, que lo mantienen sin una fecha fija para la operación. Pide ayuda para resolver su mal.

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