Política en el tiempo

Política en el tiempo

Juan Pablo Duarte catalogó la política como una de las más nobles actividades humanas. Su ideario pudiera resumirse en estos fragmentos que recoge el doctor Balaguer en El Cristo de la Libertad: “Si me pronuncié dominicano independiente, desde el 16 de julio de 1838…,

si después, en el año 44, me pronuncié contra el protectorado francés…, y si después de veinte años de ausencia he vuelto espontáneamente a mi patria para protestar con las armas en la mano contra la anexión a España, llevada a cabo a despecho del voto nacional…, no es de esperarse que yo deje de protestar (y conmigo todo buen dominicano), cual protesto ahora y protestaré siempre, no digo sólo contra la anexión de mi patria a los Estados Unidos, sino a cualquier otra potencia de la tierra, y al mismo tiempo contra cualquier tratado que pueda menoscabar en lo más mínimo nuestra independencia nacional, y cercenar nuestro territorio o cualquiera de los derechos del pueblo dominicano… <<Por desesperada que sea la causa de mi Patria, siempre será la causa del honor y siempre  estaré dispuesto a honrar su enseña con mi sangre>>”.

Desde la mayor de las Antillas,  el prócer José Martí sentenciaría en 1891: “Quien dice unión económica, dice unión política. El pueblo que compra, manda. El pueblo que vende, sirve. Hay que equilibrar el comercio, para asegurar la libertad. El pueblo que quiere morir, vende a un solo pueblo, y el que quiere salvarse, vende a más de uno. El influjo excesivo de un país en el comercio de otro, se convierte en influjo político”.

En 1974, Juan Bosch, fundador del Partido de la Liberación Dominicana diría: “… es muy importante que se sepa, compañeros, que no puede haber partido en ningún país sin un líder nacional que imponga respeto; esa es una ley de la actividad política; así como no puede haber partido, realmente partido, sin una doctrina, sin ideología y sin organización. Esas tres condiciones son absolutamente indispensables para que haya un partido verdadero: líder nacional, doctrina y organización… Más adelante  enunciaría Bosch: ¿De qué forma podía convertirse el PLD en una organización de hombres y mujeres encuadrados en grupos dedicados a luchar en el orden político para resolver los problemas del pueblo dominicano, no los suyos personales? La respuesta fue: creando un partido de organismos, no de personas; un partido que fuera distinto del P.R.D.; uno que luchara a conciencia sabiendo que para resolver el problema de cada uno de los peledeístas había que luchar para resolver los de todos los dominicanos, o dicho en el lenguaje propio de la política, había que crear y desarrollar el partido que el país no había conocido, el de la Liberación Dominicana, el llamado a liberar de su atraso , de su dependencia, de la miseria a millares de compatriotas, no a una parte pequeña o mediana o grande de los dominicanos sino a todos los dominicanos”.

Ahora más que nunca resultan vitales esos principios  para quienes anhelamos dejar un legado de paz y de bienestar  para los nietos que habrán de concretar el sueño del fundador de la patria.

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