Política monetaria, ajuste fiscal y sector externo

Política monetaria, ajuste fiscal y sector externo

En marzo de este año, cuando el petróleo se remontaba por encima de los US$100 el barril, el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos aumentaba desde US$12.3 millones en marzo del 2007 a US$804 millones, provocando un déficit global de la balanza de US$135 millones, el crédito de los bancos múltiples estaba creciendo a una tasa anualizada de 28.5%, más del doble del crecimiento nominal del PIB, y la política fiscal expansiva en medio de un proceso electoral caldeado por el aumento de todos los precios.

Era un escenario de alta peligrosidad para el mantenimiento de una estabilidad y afortunadamente las autoridades del Banco Central desde febrero comenzaron a tomar medidas restrictivas, como fue sacrificar reservas con el doble propósito de financiar una parte del déficit en cuenta corriente y disminuir circulante, también al aumento de la tasa de política, la overnight, desde 7% a 9.0%.

A junio el impacto del choque externo provocó un déficit en cuenta corriente por un monto de US$2,646 millones, déficit global por US$409 millones, por ello las autoridades del BC elevaron a 9.5% la tasa overnight, aumentaron los intereses de sus instrumentos y establecieron medidas en el encaje legal de la banca, como fue el requerimiento de que el 20% requerido se depositara en su totalidad en las bóvedas del BC, eliminando el 2% que la banca podía mantener en efectivo, y modificar el cálculo del encaje de semanal a diario.

Gracias a estas medidas y el inicio del desplome en los precios mundiales, el déficit en cuenta corriente aumentó a septiembre en US$4,019 millones, a pesar de ello el déficit global se redujo a US$261.1 millones y la velocidad del crédito bancario disminuyó a 18.2%, pero la estabilidad se había preservado, como señaló la misión del FMI, gracias a que la política monetaria se había convertido en el “ancla de la estabilidad”.

Con el desplome de los precios mundiales la situación de la balanza de pagos experimentó una extraordinaria mejoría a partir del cuarto trimestre; sin embargo la política monetaria no podía ser flexibilizada mientras la fiscal mantuviera un déficit proyectado a 2.7% del PIB para este año y estuviera indefinida la ejecución presupuestaria del 2009.

Con la formulación de un proyecto de presupuesto inferior en términos nominales por RD$8 mil millones, la reducción del déficit del gobierno desde 2.7% del PIB este año a 1.7% el próximo, más la identificación de los recursos externos e internos para financiar ese déficit, se están sentando las bases para un ajuste fiscal que puede dar espacio a una flexibilización de la política monetaria.

Con un petróleo a los niveles de hoy, el ajuste fiscal planteado en el presupuesto y un sector externo que no sea gravemente afectado por la crisis mundial, permitiría una política monetaria expansiva, que preservando la estabilidad ofrezca estímulos al sector privado para enfrentar la desaceleración económica.

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