Política monetaria sin defensas para enfrentar situación

Política monetaria sin defensas para enfrentar situación

Mervyn King, gobernador del Banco de Inglaterra entre 2003 y 2013, afirma que la política monetaria se ha quedado sin armas para sacar a Occidente de la compleja situación económica en que se encuentra.

El experto ha analizado varios puntos calientes de la economía en su último libro ‘El fin de la alquimia’.

King reconoce que el mundo se encuentra en una situación compleja: bajo crecimiento económico, precios estancados y un mercado laboral frágil.

Asegura que las reformas de calado son ahora más necesarias que nunca, más productividad, más comercio internacional y unos tipos de cambio flotantes pueden ser la medicina que necesita la economía mundial.

King acude en su libro al prestigioso economista John Maynard Keynes para explicar el contexto económico y de política monetaria que vive hoy Occidente”.

¿Por qué un aumento de la oferta monetaria no estimula el consumo, devolviendo a la economía al pleno empleo? La respuesta de Keynes fue que, en una recesión, la demanda de liquidez era tan alta que las inyecciones de dinero se absorberían sin ningún tipo de impacto en el gasto actual. La economía quedaría atrapada en una

‘trampa de liquidez'».
«Una vez atrapados en la ‘trampa de liquidez’, la economía podía permanecer en un estado deprimido eternamente».

Ahora resulta complejo salir de ese círculo. Los tipos reales se han mantenido bajos durante años, lo que «ha adelantado el consumo desde el futuro, cavando un hoyo en la futura demanda».

Esos tipos reales bajos llevaron a familias y empresas a endeudarse, gastaron el dinero presente y el del futuro, y ahora no tienen otra opción que devolver esas deuda y restringir sus presupuestos.

«El consumo débil de hoy no es por la prudencia irracional de los hogares y las empresas, sino a que países como EEUU y Reino Unido mantuvieron un gasto que era insosteniblemente alto antes de la crisis y deben ahora seguir una senda por debajo de la tendencia previa a la crisis».

Ahora, los bancos centrales y los gobiernos han buscado estimular el gasto, «el estímulo keynesiano puede impulsar la demanda a corto plazo, pero sus efectos se desvanecen.

El crecimiento lento en la economía global refleja la incapacidad del mercado, limitado por los gobiernos, de avanzar hacia un nuevo conjunto de tipos de interés reales y de tipos de cambios reales con el fin de encontrar un nuevo equilibrio».

Para King «tratar los síntomas más inmediatos de la crisis tomando medidas de corto plazo para mantener la confianza del mercado (normalmente lanzando grandes cantidades de dinero) sólo perpetuará el desequilibrio subyacente».

Últimamente se cree que todas las crisis se podían soluciona aumentando la liquidez, sin embargo esta soluciones es retrasar la toma de decisiones que pueden tener un coste político importante.

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