Política podrida

Política podrida

FRANCISCO ALVAREZ CASTELLANOS
Durante los dos primeros años de Hipólito Mejía en la Presidencia de la República me mantuve al margen de las críticas que se le hacían al gobierno. Y lo hacía, porque gobernar un país como éste es algo muy difícil y podría ser que un político atípico, como Mejía, pudiera hacer una buena labor, no excelente, pero al menos buena. Y ratifiqué mi posición mientras el primer mandatario decía una y otra vez que jamás se reelegiría en el cargo, porque la reelección era «una maldición».

Mas cuando cambió de idea e incumplió su promesa, entonces no tuve alternativa. Escribí 43 artículos en contra de esa reelección y señalándole todas las barbaridades que Mejía y el PPH habían estado cometiendo desde el Palacio Nacional.

Ahora acaba de ocurrir algo que me tiene turulato, anonadado y patidifuso. El fiscal del Distrito Nacional cita a Hipólito Mejía para un interrogatorio. normal, corriente y necesario, sobre el «caso Quirino», lo que fue la noticia del día en toda la prensa nacional. Pero, oh desilusión; 24 horas después el mismo fiscal desiste del esperado interrogatorio… después de haber sido llamado con urgencia desde el Palacio Nacional, donde tuvo una reunión de unas de tres horas con el presidente Leonel Fernández.

Demás está decir que los comentaristas de televisión se dieron banquete con la noticia y si grande fue lo que dijeron sobre el asunto, mucho más grande fue lo que no dijeron por falta de tiempo.

Bueno es recordar que Mejía había anunciado previamente que un día antes de la cita con el fiscal hablaría a la nación a través de una gran cadena de radio y televisión y advirtió, en forma amenazadora, que lo que iba a decir haría prácticamente temblar la tierra.

Es posible que Mejía tuviera un as debajo de la manga, pero es seguro que el gobierno tenía los tres restantes. Y no solamente sobre todas las barbaridades económicas que cometió el gobierno pasado y que hizo millonaria a mucha gente, sino muy especialmente sobre el «caso Quirino» que, gracias a Dios, salió de las manos de la justicia dominicana y se encuentra ahora en el tribunal del Distrito Sur de Nueva York, donde se dirán cosas que no solo harán temblar a mucha gente en este país, sino que los hará huir como conejos asustados, incluyendo jueces venales, jueces cobardes, ex funcionarios ladrones, etc., etc. etc.

En el caso que nos ocupa ahora, la decisión del fiscal de no interrogar a Mejía, hay un «tufo palaciego» que marea. Esa reunión tan larga con el presidente Fernández es la prueba, porque el fiscal no sería capaz de, sabiéndolo, hacer el papelazo, el ridículo tan grande que acaba de hacer. Y esta es la hora en que no ha renunciado a su puesto, como muchos hubieran hecho.

Sin embargo, la pregunta «se cae de la mata». ¿Por qué ese miedo a lo que pueda decir Mejía del presente gobierno y de su cúpula?

¿Acaso tendría que ver algo el hecho de que un montón de auditorías hechas por la Cámara de Cuentas y que debieran estar en los tribunales, están sin embargo en manos de Danilo Medina?

¿Qué otras «indelicadezas» puede señalarle Mejía a Fernández, que puedan compararse con las cometidas por el propio Mejía y su pasado gobierno?

Me rindo, sencillamente me rindo. Este es el país donde la corrupción más vergonzosa se ha anidado. Este es el país que mayor cantidad de depredadores del erario tiene. Este es el país donde la justicia es una burla inmensa. Este es el país que no tiene quien lo defienda, al que le falta un «Chapulín» y no colorado precisamente.

Yo, personalmente, Francisco Alvarez Castellanos, ya no sé que decir ni que escribir. En este momento quisiera vivir en una choza en lo alto de una desierta montaña, sin contacto con políticos, gobiernos, depredadores, jueces venales y cobardes, abogados que por dinero son capaces de defender a un Poncio Pilatos redivivo o a un Herodes cualquiera.

Estoy simplemente asqueado y pienso que si estuve dos años esperando que Mejía supiera dónde estaba sentado y actuara en consecuencia, a Leonel Fernández le han bastado apenas ocho meses para que todos los dominicanos supieran… que no va a ninguna parte, que su porvenir político, que parecía tan promisorio, ya no existe y que ha llevado al PLD al mismo lugar en que se encuentra el PRD.

Fernández no ha dejado que la Justicia, como uno de los poderes del Estado, haga su trabajo como debe ser. El caso de la citación a Mejía, las amenazas de éste de decir sabe Dios qué cosas de la gente actualmente en el poder, han llevado a Fernández a un punto prácticamente sin regreso.

Entonces llego a la conclusión que de los presidenciales que aún nos quedan, sin «arrastrar colas», solo nos queda Hatuey De Camps. Pero aún faltan más de tres años antes de las elecciones presidenciales y no sé si el pueblo podrá soportar tan largo plazo.

Y creo que, vista el hambre y la miseria que está sufriendo el pueblo; teniendo, como una autoridad competente dijo, unos 15,000 puntos de venta de drogas en todo el país; habiéndose descubierto fraudes, contrabandos por miles de millones de pesos y que no se actúe en contra de los responsables para que «no se hable de retaliación política», no nos queda otra cosa que pensar que no vivimos en una nación civilizada, sino en un territorio poblado por «tribus» sin escrúpulos que son capaces de comerse un buey entero, pedir más carne y luego escarbarse los dientes con los cuernos del animal.

Pero los responsables de esta debacle nacional no podrán dormir tranquilos ni salir a pasear por las noches, sin temor a que alguien empiece a cobrarse «lo que le deben».

En cuanto a mí, solo pido a Dios que libre de mal a los buenos, a los honrados, a los que le temen a Su ira sagrada y divina, que ya sabrá El que hacer con el resto.

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