Política solo se usa como camino para el enriquecimiento y no el bien común

Política solo se usa como camino para el enriquecimiento y no el bien común

La política en la República Dominicana se ha desvirtuado, convirtiéndose en una vía solo para el enriquecimiento personal y no para servir al bien común, consideraron ayer varios sacerdotes católicos.

Expresaron que muestra de este planteamiento es la gran cantidad de aspirantes a puestos electivos que hay en todos los partidos y que han generado hechos de violencia.

Durante el Almuerzo Semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio hablaron del tema los sacerdotes Nelson Acevedo, párroco de Sabana Perdida; Abraham Apolinario, del Santo Cura de Ars; Domingo Legua, director de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Santo Domingo, y Mario Serrano, director de los centros sociales de la Congregación Jesuita.

Un matrimonio. Acevedo consideró que una gran contribución de la clase política dominicana es que ha hecho un matrimonio con la clase adinerada y que se ha enrolado a esa actividad para la búsqueda de dinero.

Dijo que muestra de eso es que nunca antes se había visto tantos aspirantes a puestos electivos, en una competencia que ha generado hechos de violencia como los sucedido el pasado domingo con las elecciones internas del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Indicó que hasta el propio PLD se ha extrañado de esta actitud de algunos miembros, pues antes era un partido disciplinado.

Cuestionó que antes el medio de progreso que entendían las personas era hacerse profesional y ahora es la política y las drogas.

«Hemos ido creando que el modo único de llegar a ser rico es la política», expresó Acevedo.

Apuntó que la frase «llegaron en chancleta y ya tienen yipeta», tiene mucha solidez no sólo para los políticos del PLD, pues en toda la clase política hay una dinámica de búsqueda sólo de beneficios personales.

Manifestó que la filosofía de que la política es para la búsqueda del bien común, ya no se aplica en el país.

Criticó que organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) digan que la economía dominicana está bien cuando se toman préstamos hasta para construir una letrina.

Consideró que eso va a cambiar con educación y cuando la familia entienda que la persona puede progresar trabajando.

Desenfocado. Para el padre Serrano el quehacer político en el país está desvirtuado, desenfocado radicalmente.

Coincidó con Acevedo en expresar que la política es un mecanismo para el enriquecimiento personal y no para el servicio público, para crear una sociedad diferentes donde haya bienestar colectivo y la justicia y la prosperidad de todos sean los objetivos que dominen el quehacer político.

Pero entiende que este estado de cosas no solo es responsabilidad de los políticos, sino del poder económico también, porque de alguna forma tiene connivencia y existe una permisividad que ha alterado el quehacer político y la manera de administrar la cosa pública.

Pies de barro. En tanto que Apolinario cree que es una responsabilidad de todos, aunque los políticos tienen una mayor cuota pues tienen puesto de delegación.
Empero apeló a la sentencia de que «todo mal tiene pies de barro» y por tanto la violencia, la injusticia terminarán

Indicó que una empresa, por grande que sea, si tiene como base la injusticia, está llamada a caer y fracasar.

Dijo que igualmente sucederá con cualquier proyecto político.

Mientras que Legua, en torno a las críticas a la clase política, citó a San Agustín de que un “pueblo sin justicia es un pueblo de ladrones”.

Estructurales. Serrano consideró que el país requiere cambios estructurales, en los cuales la iglesia tiene una gran responsabilidad por la colectividad que maneja y no la ha sabido utilizar en los momentos debidos para la nación.

«Como parte de un cuerpo que tiene tanto reconocimiento y una gran responsabilidad en la dinámica que hay, que es una dinámica estructurada, y eso va a implicar cambios estructurales serios».

Enfatizó que no bastará con educar a las próximas generaciones, harán falta cambios estructurales.

Uno de esos cambios que citó es el cese de la impunidad, pues no es posible que los crímenes o robos prescriban o se archiven.

Indicó que por más que se eduque a un joven, si de manera institucional se promueve la impunidad y la violencia sin sanción, las palabras caen vacías. Dijo que los diferentes liderazgos nacionales, incluyendo a los medios de comunicación, también tienen gran responsabilidad.

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