Política y cultura 20 años después

Política y cultura 20 años después

SERGIO SARITA VALDEZ
Hace ya más de medio siglo que la voz inconfundible del siempre recordado intérprete del tango Carlos Gardel inmortalizó aquella frase de que “veinte años no es nada”. Precisamente, ese es casi el tiempo transcurrido desde que el profesor Juan Bosch fuera entrevistado en febrero de 1987 por la socióloga Vanna Ianni y que fue publicado en la revista Política.

En aquella ocasión la profesional de las ciencias sociales indagaba acerca de las razones que provocaron la derrota electoral del Partido Revolucionario Dominicano por el doctor Joaquín Balaguer. He aquí la respuesta dada por Bosch: “En primer lugar, la incapacidad de los gobiernos perredeístas para resolver los problemas que afectan a las grandes masas del pueblo dominicano. Esos problemas son los que afectan las condiciones materiales de existencia de la mayoría de masas; carencia de servicios médicos, de escuelas, de medios de transporte público, de trabajo; de caminos necesarios para sacar los productos agrícolas hacia centros urbanos y calles intransitables en esos centros, carencia de agua, de luz eléctrica para las viviendas campesinas y servicio eléctrico carísimo para las demás. Todo eso hizo que el dominicano promedio votara para castigar al PRD”.

El entonces presidente del Partido de la Liberación Dominicana reiteraba que el atraso político de nuestro país era el fruto de sus precariedades económicas, que de igual le conllevaban a un atraso social. Decía el maestro: “Yo nací en un hogar pequeño burgués, que con el andar de los años pasó a mediano pequeño burgués, pero en los dos casos mi familia era pequeño-burguesa con sustancia económica, a tal grado lo era que en los últimos años de la vida de mis padres, ellos habían ascendido a la capa alta de la pequeña burguesía. Mi origen social explica el contacto que tuve desde niño con artesanos, pequeños campesinos, gente pobre, y de ese contacto saqué una lección que no he olvidado nunca, ni como escritor ni como político. La lección consiste en tener presente que lo que le interesa al pueblo dominicano es el mejoramiento de sus condiciones materiales de existencia, y esa convicción se expresa en lo que digo y en lo que hago en el terreno político, así como en lo que escribía, cuentos y novelas, cuando me dedicaba a la literatura”. En otra parte de la entrevista aseveraba don Juan: “En países donde el desarrollo de la sociedad ha sido tan grande como en los de Europa se llegó desde principio de siglo a una división social del trabajo no sólo grande sino además categórica, y en consecuencia, el intelectual es intelectual y el político es político; cada uno de ellos puede vivir holgadamente de lo que obtiene llevando a efecto su trabajo, sea éste cuadros de pintura, piezas de teatro, música, poesía o novela, y el político vive de su profesión, lo mismo sirviéndole a su partido que al Estado, a tal grado eso es así que ni el intelectual ni el político tienen que dejarse corromper para enfrentar sus necesidades cotidianas ,porque con lo que les producen sus obras a los primeros y su empleo al segundo todos pueden vivir con un grado de holgura aceptable; pero además de lo dicho, unos y otros mantienen el respeto de sus pueblos, porque no tienen que rebajarse a aceptar dinero que no hayan ganado con su trabajo”.

La entrevistadora manifiesta cómo le cautivó un pasaje de la novela La Mañosa del profesor Bosch, el cual transcribía: “Tampoco papá se traicionaba; había aprendido del campo una cosa; que la mejor tierra no se ve porque la cubre la maleza”. Le llamaba la atención la dicotomía en la cosmovisión de los dominicanos al contraponer lo aparente-verdadero y lo manifiesto-oculto. A esto Juan Bosch replicó: “…la casi totalidad de los dominicanos esperan de la actividad política algún beneficio personal, y cada uno de ellos teme que los demás se den cuenta de qué es lo que él espera recibir y de cómo piensa que se lo darán. Por esa razón actúa ocultando los fines que persigue, sobre todo en las tareas políticas”.

Recordar es vivir, el presente conserva mucho del ayer y nuestro mañana no se construye sin el ahora. Es por eso tal vez sea cierto que veinte años no es nada.

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