Política y moral

Política y moral

Los cambios científicos y tecnológicos dominados por una doctrina ultraliberal han determinado un impresionante aceleramiento del intercambio de signos a través de la revolución en la informática y en las comunicaciones, dando lugar a una «explosión» tanto de los mercados financieros como de las redes de información, que en muchos casos no ha tomado en cuenta la moral.

Bajo la diversidad de las formas y de las costumbres particulares, los hombres han tenido siempre conciencia y en todas partes de esta exigencia de la ley natural.

Es necesario definir y confrontar las ideas esenciales de: Nación. Sociedad Política. Estado y Pueblo.

Si no podemos distinguir estos conceptos, tampoco seremos capaces de unirlos; distinguir para unir.

La democracia no es una dádiva, debe defenderse con la convicción de los hombres, para mantener sus principios frente a los que pretenden destruirla:

Las gentes que recuerdan las lecciones de la historia saben que una sociedad democrática no tiene que ser una sociedad indefensa, en la que los enemigos de la libertad puedan conducirla mansamente al matadero, en nombre de la libertad.

Precisamente por ser una República de hombres libres deberá defenderse con especial energía frente a aquellas que, fuera de principios, se niegan a aceptar e incluso trabajan para destruir los fundamentos de la vida común de dicho régimen, fundamentos que no son sino la libertad y la práctica secular expresada en carta democrática.

La política es una rama de la ética, especializada, para que pueda estar al servicio del Bien común.

Uno de los poderes principales de la democracia es el Poder Legislativo, pero ese cuerpo no deberá aprobar ninguna ley que sea contraria a la naturaleza, porque el objetivo de las leyes es la moralidad, manteniendo y conservando las virtudes del pueblo y darle cumplimiento a la ley moral.

La legislación no debería endosar o aprobar ninguna línea de conducta contraria a la ley natural…

El objetivo final de la ley es hacer a los hombres moralmente buenos…debería resistir a los cambios reclamados por una simple relajación de las conciencias y por costumbres decadentes. Y siempre debería mantener una orientación general hacia la vida virtuosa y, a cada nivel hacer tender a la conducta común hacia el plano del cumplimiento de la ley moral.

El Estado es el garante y guardián del Bien Común, su existencia descansa fundamental, jurídica y filosóficamente para esta actividad, complementado con la responsabilidad en el bienestar y la seguridad social, elevando el nivel socioeconómico de los sectores más pobres.

Corresponde al Estado buscar la igualdad básica de los hombres, al respeto a la dignidad y resguardar los derechos de la Persona Humana. Sin embargo, el Estado no lo es todo.

El Estado es únicamente parte del cuerpo político, cuya función específica consiste en mantener la ley, en promover la prosperidad común y el orden público y en administrar bien los negocios políticos.

El Estado es una parte especializado en los intereses del todo. No es un hombre o un grupo de hombres; es un conjunto de instituciones que se combinan para formar una máquina reguladora que ocupa la cumbre de la sociedad.

Los actos humanos que no están regidos por la regla de la razón, o guardan malicias, son moralmente malos; y los actos dirigidos por la razón, con bondad, en conciencia y libertad, son moralmente buenos, siempre y cuando su objetivo, circunstancias y finalidad sean realmente buenos. En política no se puede jugar a la doble verdad, siempre hay que actuar con honestidad.

Toda sociedad política requiere de una base moral común para la subsistencia, so pena de sucumbir frente a los conflictos y problemas, sin llegar a dar solución a los conflictos planteados.

La vida política requiere de una moral integral, que pueda expresarse no solo evitando los crímenes y robos, sino dando ejemplo, con una buena administración de los bienes del pueblo y viviendo en austeridad.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas