Políticas Macroeconómicas de RD

Políticas Macroeconómicas de RD

La aprobación y aplicación de la Estrategia Nacional de Desarrollo (END) deberá contribuir a dotar las políticas públicas aplicadas en el país de los criterios de previsibilidad, estabilidad, coherencia, control y rendición de cuenta, cualidades de las que tradicionalmente han carecido.

Uno de los ámbitos de acción del estado donde se ha hecho más evidente la ausencia de las características antes mencionadas, es el de las políticas macroeconómicas. Si bien se han obtenido logros importantes, como evidencia el dinámico crecimiento experimentado por la economía dominicana en las últimas décadas, en no pocos casos existen evidencias sobre las carencias asociadas a la baja calidad de las políticas formuladas, sobre todo cuando se evalúan conforme a las mejores prácticas internacionales. Y evidencias también de esas carencias las constituyen las  recurrentes crisis económicas.

Lo que sigue del presente artículo es una relación no exhaustiva de los temas  asociados a las políticas macroeconómicas que, por su trascendencia, deberían abordarse durante los debates previstos para el proceso de concertación de la END, previo a su aprobación mediante ley. Tales debates debieran conducir a una firme comunidad de propósitos sobre los lineamientos requeridos para que las políticas macroeconómicas logren cumplir las cualidades antes señaladas.

Los trabajos de concertación de  la END deberán dedicar especial atención a lograr compromisos sobre las políticas económicas orientadas al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica. La END deberá, así, proveer lineamientos precisos para orientar las decisiones y acciones de políticas que aseguren un comportamiento de los equilibrios fundamentales de la economía (sectores externo, monetario-financiero, fiscal y laboral) que propenda al mantenimiento de la estabilidad macro.

La sostenibilidad del  balance en cuenta corriente de la balanza de pagos del país es un elemento central a tener en cuenta en los aspectos relativos a la estabilidad macroeconómica. Resulta indispensable establecer el marco de acción para el diseño y aplicación de políticas sectoriales de promoción de  exportaciones de bienes y servicios, así como las relativas a los flujos de capitales resultantes tanto del endeudamiento público como del privado y de la  inversión extranjera directa y de cartera.

También deberá abordarse lo relativo al fortalecimiento de la institucionalidad de las agencias responsables de los resultados del sector externo, de manera que aseguren el diseño y aplicación de políticas coordinadas. En los casos necesarios, sería conveniente prever el otorgamiento de la autonomía indispensable para asegurar la cabal ejecución de las políticas enunciadas y el uso de los instrumentos adecuados. El sector monetario-financiero está íntimamente vinculado al sector externo por el efecto de la política monetaria y cambiaria en el resultado esperado de la cuenta corriente de la balanza de pagos y en los flujos de capitales.

En ese sentido, las disposiciones finales de la END deberán reflejar lineamientos de políticas que contribuyan a mejorar el marco de acción de la autoridad monetaria y financiera, de manera que ésta pueda coadyuvar al cumplimiento de los objetivos del sector externo y a crear condiciones más favorables en otros ámbitos de su competencia. Particularmente importante es el establecimiento de un esquema de metas de inflación para la aplicación de la política monetaria, para lo cual la entidad rectora del sistema deberá avanzar tanto en lo concerniente a su autonomía, como a superar aspectos referentes a sus niveles de capitalización y reservas internacionales.

Reafirmar el compromiso ya expresado por la Ley sobre la Capitalización del Banco Central permitiría avanzar en la solución de dos problemas estructurales de la economía dominicana. El primero, los bajos niveles de reservas internacionales de nuestra economía, una variable fundamental para atenuar la volatilidad potencial en los resultados del sector externo. El segundo es relativo a las elevadas tasas de interés que tradicionalmente han prevalecido en el mercado doméstico respecto a nuestros competidores externos. En materia de profundización financiera, la aprobación de la END parecería una oportunidad irrepetible para coordinar políticas que propicien el desarrollo de entidades de financiamiento especializadas en suplir crédito a largo plazo para financiar el desarrollo productivo, en particular a las pequeñas y medianas empresas, las cuales requieren una regulación bancaria más cónsona con sus características.

Para superar esto último, resulta indispensable reducir la percepción de riesgo país de los inversionistas externos, tema también estrechamente relacionado con el nivel de reservas internacionales. Un mejoramiento sustancial en la percepción de riesgo país provocaría flujos de depósitos externos que presionarían a la baja en el costo del dinero local, esto es, de la tasa de interés, y permitiría que los sectores productivos nacionales puedan beneficiarse de tasas de interés competitivas en términos internacionales. De tal manera, un acuerdo para establecer una meta relacionada a que la economía dominicana alcance una calificación crediticia de grado de inversión, como el caso de El Salvador, contribuiría de forma notable al logro de este propósito.

Por su lado, la capitalización influiría también positivamente en la reducción del costo del dinero, a través de la disminución del encaje legal. Un tema en el que el país ha dado muestras de firme avance en los últimos años es el relativo a la supervisión bancaria. Sin embargo, aún existen aspectos pendientes del último ciclo de reformas llevadas a cabo en esa área que, conjuntamente con los nuevos criterios de regulación bancaria que se discuten actualmente como resultado de la última crisis financiera internacional, reclaman al menos delinear en forma indicativa el curso a seguir en cuanto al fortalecimiento del marco regulatorio del sistema financiero.

Los objetivos asociados a los sectores antes mencionados no se cumplirán de forma cabal, si no se crean las condiciones en la END para que el sector fiscal de la economía pueda continuar avanzando en el fortalecimiento de su institucionalidad.

 Se requiere acotar la incertidumbre asociada a los diversos aspectos de la política fiscal. Hay que avanzar, al igual que en la política monetaria, en el diseño de políticas de mediano y largo plazo, en lo concerniente a los ingresos, gastos y endeudamiento público, pero, sobre todo, hay que definir metas transparentes que apuntalen la  sostenibilidad de las cuentas fiscales.  Por igual, el establecimiento de mecanismos de coordinación obligatoria entre las agencias responsables de las políticas generales y las sectoriales responsables de la regulación y/o ejecución del gasto, enfrentaría una de las debilidades de las políticas económicas nacionales. 

En materia presupuestaria, se requiere avanzar en el tema relativo a la planeación estratégica y a la presupuestación por resultados, de manera que puedan elaborarse indicadores confiables sobre la eficacia y efectividad del gasto  público, que, a su vez, puedan utilizarse en la rendición de cuentas a la ciudadanía. Esto crearía condiciones más apropiadas para que el país pueda avanzar en la consecución de metas más elevadas, como la formulación de un pacto fiscal que defina un nivel de presión tributaria a tono con las metas de desarrollo establecidas en la END. Otro de los grandes campos de concertación requeridos para garantizar el éxito y sostenimiento de la END deberá focalizarse en las políticas dirigidas a la reestructuración del aparato productivo nacional. Será necesario precisar las características del modelo económico que servirá de marco a las acciones futuras del estado y del sector privado.

Esto implica especificar las actividades que se privilegiarán para asegurar un crecimiento económico que garantice la creación de empleos formales que permitan avanzar en la agenda de desarrollo social. Concomitantemente, podrían esbozarse los eventuales incentivos a otorgarse desde el Estado, los resultados esperados a cambio de ellos y las metas a lograrse  mediante dicho proceso de reestructuración productiva. 

Las claves

1.  Balance en cuenta

La sostenibilidad del  balance en cuenta corriente de la balanza de pagos del país es un elemento central a tener en cuenta en los aspectos relativos a la estabilidad macroeconómica.

2.  Debates

Sobre el desarrollo de la END deberían producirse una serie de  debates que  conduzcan a una firme comunidad de propósitos sobre los lineamientos requeridos para que  políticas macroeconómicas logren cumplir las cualidades esperadas y la concertación dedicar  atención a lograr compromisos.

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Indicadores

Deberían elaborarse indicadores confiables sobre la eficacia y efectividad del gasto  público que, a su vez, puedan utilizarse en la rendición de cuentas a la ciudadanía. Esto crearía condiciones más apropiadas para que el país pueda avanzar en la consecución de metas más elevadas, como la formulación de un pacto fiscal que defina un nivel de presión tributaria a tono con las metas de desarrollo establecidas en la END.  Será necesario precisar las características del modelo económico que servirá de marco a las acciones futuras del estado y del sector privado. Esto implica especificar las actividades que se privilegiarán para asegurar un crecimiento económico que garantice la creación de empleos formales que permitan avanzar en la agenda de desarrollo social. Concomitantemente, podrían esbozarse los eventuales incentivos a otorgarse desde el Estado.

Asesor económico del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo

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