En los países de América Latina y el Caribe persisten altos niveles de desigualdad, debido a que se mantienen brechas que han impedido que haya una rebaja de esta, principalmente porque las políticas públicas implementadas por los gobiernos han sido insuficientes.
Pese a los avances logrados en diferentes indicadores de desarrollo económico y social en las últimas décadas, perduran desafíos para lograr una mejor distribución del ingreso, de la riqueza, de las oportunidades educativas y laborales en la región.
Estos señalamientos los hace el informe “Desigualdades heredadas: el rol de las habilidades, el empleo y la riqueza en las oportunidades de las nuevas generaciones”, elaborado y presentado ayer por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
El informe precisa que la desigualdad tiene diversas fuentes, algunas que pueden considerarse “aceptables” y otras inaceptables.
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Dice que casi todos los miembros de las sociedades modernas condenan las fuentes inaceptables y las relacionan con las ideas de inequidad y de injusticia social, que se trata de una desigualdad que se origina en la desigualdad de oportunidades, en situaciones de discriminación o privilegio o en mecanismos de corrupción que hacen que ciertos grupos enfrenten, incluso desde antes del nacimiento y a lo largo de toda la vida, muchas barreras para su desarrollo individual, mientras que otros resultan sistemáticamente beneficiados.
Señala que la escasa movilidad social es un problema importante en América Latina y el Caribe.
“Esa desigualdad tiene esas raíces muy profundas que se anclan en la generación anterior y que ante las faltas de oportunidades en diversas dimensiones, hacen muy desigual el poder desarrollarte como individuo”, explicó Dolores de la Mata, economista principal de la Dirección de Investigaciones Socioeconómicas del CAF, quien presentó la investigación.
Dijo que se mantienen barreras en las oportunidades laborales y en la posibilidad de acumulación de riquezas y ahorros, factores que están en las raíces profundas de la desigualdad.
“En la República Dominicana no podemos decir que persisten un factor más que otro, porque en un principio los hemos visto tantos presentes al igual que otros países de la región.
Entiende que es completamente inconsistente que en un país haya crecimiento que no se derrame por igual en toda la sociedad.
En sus palabras el ministro de Hacienda, José Manuel Vicente, indicó que los acuerdos internacionales, los postulados políticos y las leyes que procuran reducir la desigualdad han mostrado en la región ser poco eficaces.
Dijo que aunque que se han diseñado y aplicado políticas sociales que contribuyen a bajar el coeficiente de desigualdad y aliviar la pobreza, aun así, todavía “nuestros países permanecen entre los más dispares, y no han logrado grandes progresos en mejorar la vida de la amplia población en condiciones de pobreza”.