Políticos EEUU se interesan voto hispano

Políticos EEUU se interesan voto hispano

CLEVELAND, EE.UU. (AP).– La candente cuestión inmigratoria ha concitado la atención de los hispanos y a su vez ha suscitado un interés particular en ese bloque de votantes tanto en los estados fronterizos como en el resto de Estados Unidos.

«Los latinos somos solidarios’’, dijo Marilyn Alejandro, al explicar por qué ella y otros puertorriqueños siguen atentamente el debate sobre inmigración previo a las elecciones legislativas de medio término y a las campañas para las gobernaciones en 36 estados. Los republicanos defienden 22 gobernaciones y los demócratas 14.

Los puertorriqueños, que son ciudadanos de Estados Unidos, quieren asegurarse de que los inmigrantes ilegales hispanos no sean maltratados, dijo Alejandro, que estaba distribuyendo información sobre el SIDA-VIH en un festival junto al Lago Erie de Cleveland.

«Sabemos que muchos hispanos vienen a este país’’, agregó.

Los hispanos suelen presentar un enigma demográfico para los políticos: representan el sector de mayor crecimiento en la población en Estados Unidos _actualmente el 14%_ pero su representación en el electorado es la mitad. El 40% son inmigrantes ilegales que no pueden votar.

Aun los bloques pequeños de votantes pueden representar la diferencia entre la victoria o la derrota en un electorado notablemente dividido, y los políticos prestan atención a ese hecho en Ohio, Pensilvania y otros estados. 

En Ohio, un estado vital en las elecciones presidenciales del 2004, los demócratas esperan que los escándalos en el gobierno estatal republicano les ayude a poner fin a 16 años de control de este partido.

   «Hay muchos indocumentados con hijos ciudadanos. No estamos tratando de llegar solamente a aquella generación, sino también a la siguiente’’, dijo John Pérez, mexicano-estadounidense de tercera generación encargado del contacto con los hispanos en la campaña del republicano Kenneth Blackwell para gobernador de Ohio.

   La comunicación con el sector de hispanos que son ciudadanos y que se han registrado para votar no es difícil porque se puede acceder a ellos a través de los medios de comunicación en español, festivales y comercios hispanos, dijo Pérez.

   El adversario de Blackwell, el demócrata Ted Strickland, ha recorrido vecindarios y festivales hispanos y se ha preocupado de suministrar versiones en español de la literatura de su campaña, dijo su vocero Isaac Baker.

   Jay Pérez, abogado de Columbus y candidato judicial demócrata no relacionado con John Pérez, dijo haber notado el aumento del interés político en la comunidad hispana a medida que ésta se interesa en la cuestión inmigratoria y otros asuntos.

   Pérez, nacido en Nueva York de ascendencia cubana, dijo que los hispanos suelen sentirse tratados injustamente en los tribunales de justicia en casos de divorcio y custodia de hijos cuando la pareja incluye a un ciudadano o inmigrante legal, por un lado, y un inmigrante indocumentado por otro. En esos casos algunos hispanos creen que los tribunales prestan menor atención a los argumentos de ese último, agregó.

   «Ser indocumentado es llevar una vida muy difícil’’, dijo Pérez. Los hispanos indocumentados esperan que el mayor activismo político mejore su situación, en particular el acceso legal a los empleos.

   La cuestión está a estudio del Congreso, y Ohio y otros estados se movilizan para hacer más estrictas las leyes sobre inmigración ilegal.

   Varias demostraciones masivas hace pocos meses reflejaron una determinación por luchar contra las restricciones inmigratorias.

   En Pensilvania, la campaña reelectoral del gobernador demócrata Ed Rendell se cuidó de expandir sus programas de alcance hispano para estar a la par del crecimiento de la presencia hispana en las áreas de Allentown, Reading y Lancaster, dijo el vocero Dan Fee.

   Su oponente republicano Lynn Swann, ex astro de los Acereros de Pittsburgh, ha hablado con empresarios hispanos y ha tratado de establecer relaciones con el clero hispano.

   Swann cree que «nuestro país debe encontrar un equilibrio entre la seguridad fronteriza y una cultura de inclusión’’, dijo la portavoz de su campaña, Amber Wilkerson.

   En Texas, donde las cuestiones fronterizas e inmigratorias han sido temas candentes desde hace tiempo, el gobernador Rick Perry ganó casi el 40% del voto hispano en el 2002 y busca la reelección poniendo énfasis en la seguridad fronteriza.

   «Si uno les pregunta a los mexicanos-estadounidenses que son ciudadanos de este país, ellos también están preocupados con la inmigración ilegal, en particular la seguridad fronteriza’’, dijo el vocero de la campaña de Perry, Robert Black.

   Un grupo de miembros hispanos del Congreso anunció planes para mantener el impulso creado por las protestas inmigratorias ofreciendo talleres para alentar a los hispanos a hacers ciudadanos, lo que les permitirá registrarse y votar. Y en Los Angeles, una coalición de hispanos, sindicatos laborales y religiosos está lanzando una campaña durante todo el verano para registrar un millón de votantes hispanos.

   Excepto por los cubanos-estadounidenses tradicionalmente prorrepublicanos, los hispanos por lo general han apoyado a los demócratas. El presidente George W. Bush recibió el 40% del voto hispano en el 2004, la máxima cifra jamás alcanzada por un candidato presidencial republicano.

   Una encuesta en junio del Centro Hispano Pew halló que el 16% de los hispanos apoya a los republicanos en la cuestión inmigratoria, en comparación con 25% hace dos años. El apoyo a los demócratas en el mismo tema bajó del 39% al 35%.

   Henry Taramona, un peruano de 21 años que vive en Nueva York, viaja todos los veranos con su madre para vender camisetas y artículos hispanos en festivales desde Boston hasta Orlando.

   Taramona, que no quiso aclarar su situación inmigratoria, dijo que el debate sobre inmigración lo ha convencido de que los hispanos pueden ejercer influencia política en Estados Unidos.

   «Ahora tenemos una oportunidad de ser parte del proceso’’, dijo Taramona, mientras arreglaba su puesto de venta en una playa de estacionamiento de Cleveland con banderas cubanas y puertorriqueñas, gorras de béisbol dominicanas y camisetas salvadoreñas.

   ¨Su objetivo si pudiese votar? «Ayudar a mi gente’’, respondió. «Darles oportunidades, escuelas’’.

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