Políticos negocian forma gobierno

Políticos negocian forma gobierno

BAGDAD (AFP) – Presionados desde todas las partes para formar rápidamente un gobierno capaz de tomar las riendas de un país a la deriva, los políticos iraquíes tenían previsto reunirse de nuevo el domingo con el presidente Jalal Talabani para buscar una fórmula que les permita compartir el poder.

   Después de que un grupo de parlamentarios estadounidenses lo hicieran el sábado, el embajador de Estados Unidos en Bagdad, Zalmay Jalilzad, hizo hincapié en la necesidad de que lleguen a un acuerdo favorable.

   «Es esencial que los líderes recién elegidos se esfuercen para formar lo antes posible un gobierno de unión nacional con un buen programa y con ministros competentes», declaró a la prensa.

   «No sólo deben formar gobierno, sino que deben establecer un bloque nacional compacto entre las diferentes etnias y religiones», dijo.

   La reunión, prevista a mitad de la tarde, pretende examinar las futuras relaciones entre el Consejo de Seguridad Nacional y el próximo ejecutivo.

   La nueva institución, que estará integrada por 19 miembros, debe reunir además de los miembros de la presidencia, al primer ministro y a sus adjuntos, al presidente del Parlamento y a los jefes de los grandes bloques parlamentarios.

   Tampoco se han definido todavía las funciones del Consejo, aunque servirá de contrapeso al poder del primer ministro. El bloque chiita mayoritario en el Parlamento quiere que dichas funciones sean consultivas, mientras que sunitas, kurdos y el bloque del ex primer ministro laico, Iyad Alaui, prefieren que vayan más allá.

   Los negociadores, que multiplican los encuentros desde las elecciones del 15 de diciembre, también tendrán que ponerse de acuerdo en el nombre del primer ministro, pues el candidato chiita, el actual primer ministro Ibrahim Jaafari, es rechazado por los sunitas, así como en la distribución de carteras ministeriales.

   Pese a las dificultades, el presidente Talabani, gran maestro de ceremonias de estas negociaciones, no ha cesado de mostrar estos últimos días su optimismo, basado, según él, en «hechos reales», aunque no ha explicado cuáles son.

   La opinión pública iraquí tampoco ve con buenos ojos estas negociaciones interminables y durante la oración del viernes en las mezquitas se oyeron numerosos llamamientos para la formación de un gobierno que haga frente a la violencia que sigue sacudiendo al país.

   La violencia, que mató a tres personas este domingo, entre ellas un escolar en Basora (sur), está alimentada por la tensión entre chiitas y sunitas perceptible desde la voladura, el 22 de febrero, de la mezquita dorada chiita de Samarra, en el norte de Bagdad.

   Decenas de iraquíes han muerto en estos ajustes de cuentas interreligiosos y más de 70 personas ejecutadas por bala han sido descubiertas en el país en una semana. Las dos últimas este domingo.

   Dos obuses de mortero cayeron este domingo cerca del domicilio del dirigente chiita radical Moqtada Sadr en Nayaf, ciudad santa chiíta a 160 km sur de Bagdad, causando tres heridos, anunció un responsable de su oficina.

   Por último, cuarenta rebeldes, dos de ellos partidarios del extremista jordano Abu Musab Al Zarqaui, fueron detenidos en una operación del ejército iraquí, apoyado por las fuerzas estadounidenses, en la región de Kirkuk (norte), anunció el domingo un general iraquí.

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