Políticos y minusválidos

Políticos y minusválidos

Eusebio Rivera Almodóvar

Debe considerarse como saludable que continúe el debate, los comentarios, análisis, piropos y críticas a los nombramientos de funcionarios realizados por el novel Presidente de la República porque, aunque se consideren prematuros los cuestionamientos, si el gobernante es, como se espera que sea, una persona sensata e inteligente, tomará, en forma ecléctica, las decisiones más correctas y reconsiderará, si fuera necesario, tempranamente, las metidas de pata.

En más de una ocasión he ponderado muy favorablemente el comportamiento de funcionarios públicos en su desempeño como políticos, pero siempre he dejado claro que, en su calidad de servidores públicos han sido verdaderos desastres y protagonistas de tragedias, como algunos casos emblemáticos de gerentes de salud pública brillantes políticos, pero pésimos administradores y en este y otros servicios estatales es donde debe incidir la máxima habilidad del encargado del Poder Ejecutivo para seleccionar a brillantes administradores o gerentes de la cosa pública, aunque no se hayan destacado como “picos de oro” o estrategas político-partidarios, ya que podrían no saber estremecer a las multitudes con sus pronunciamientos y verborrea, pero serían capaces de realizar una labor impactante o luminosa en beneficio de la ciudadanía.

No creo necesario hacer una lista de políticos que en su militancia son atletas y siendo funcionarios se destacaron como tullidos; tampoco de aquellos que usan palabras brillantes y exhiben hechos frustrantes, pero sí me atrevo, con el debido respeto a su investidura y jerarquía, a sugerir al Presidente Luis Abinader que escudriñe bien en los antecedentes y hojas de vida de los funcionarios que nombró y nombrará, para que no designe fariseos a los que luego tendrá que remover y posiblemente encarcelar.

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