En las últimas informaciones sobre el caso Quirino sale a relucir que entre los implicados por éste en narcotráfico internacional, conspiración y lavado de activos financieros,  figuran altos ex militares, empresarios y dirigentes políticos, los cuales, a excepción de estos últimos, podrían ser solicitados en extradición por el Gran Jurado que conoce el expediente en los EE.UU.

El trato especial de simple vigilancia  a los políticos se debe al interés de Norteamérica de preservar el sistema de partidos del país y el liderazgo de importantes figuras de la vida pública nacional, de acuerdo a las versiones mejor documentadas sobre el  delicado tema del narcotráfico internacional.

Eso explica porqué tanto en los Estados Unidos como aquí, por grandes que sean las incautaciones de drogas, nunca figuran los nombres de los principales responsables del narcotráfico internacional, porque así como protegen a los políticos, también protegen a los altos militares y a los empresarios   por ser piezas importantes del sistema.

El mismo Quirino Ernesto Paulino está preso por cometer la torpeza de dirigir personalmente el operativo de traslado de  drogas. Los grandes narcotraficantes del  país han tenido que ser capturados fuera de aquí, como pasó con Figueroa Agosto, Arturo del Tiempo y Toño  Leña, para citar tres casos de capos que  compartían con altos funcionarios, militares, políticos y empresarios de la nación.

 Mientras los responsables de combatir el flagelo del narcotráfico sigan actuando de esa forma, privilegiando a los políticos, estos continuarán a sus anchas en el mundo del lavado y de la corrupción administrativa, porque a final de cuentas, gozan de  la protección de los hipócritas sostenedores del corrupto sistema que nos ahoga.