Políticos y pauta de desarrollo

Políticos y pauta de desarrollo

Generalmente, cuando un grupo político en posición dominante traza las pautas de desarrollo de un país, la ejecución deviene en inequidad y exclusión para segmentos de la sociedad. Es un efecto que los dominicanos hemos vivido en la práctica por mucho tiempo, y que ahora saca a relucir el presidente del CONEP, Rafael Blanco Canto, a propósito de las desigualdades que se advierten en este país, cuyo crecimiento económico sostenido no se emplea para atenuar las brechas sociales y generar bienestar común.

Lo que el buen juicio aconseja para gestionar el desarrollo integral es que todas las fuerzas sociales de un país, incluidos los partidos políticos y organizaciones empresariales, aporten iniciativas para lograr una bitácora de consenso, bajo compromiso de respetarla y hacerla respetar por encima de las banderías ideológicas y los apetitos de los grupos dominantes.

Los dominicanos tenemos como pauta una Estrategia Nacional de Desarrollo a la que deben apegarse todas las acciones que pretendan definir la ruta a seguir, nuestro modelo de desarrollo bajo criterios de equidad e inclusión. Será en la medida en que todos acatemos esa agenda que se logrará desplazar la hegemonía de los grupos políticos, que en materia de gestión de desarrollo solo han generado distribución dispareja de un bienestar que debe ser común.

APOYEMOS LA GUERRA ANTI RUIDO

Partidos políticos, algunas denominaciones religiosas y negocios de diversión se han creído en el derecho de perturbar la estabilidad emocional de los ciudadanos con atronadores equipos de sonido que emplean para sus campañas y festejos. Es gratificante saber que el Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad (9-1-1) usará sus facultades para hacer respetar las leyes que prohíben la contaminación sonora como elemento perturbador de la tranquilidad y la salud.

Los ruidos provocan daños al oído que pueden ser irreversibles, así como trastornos en una amplia escala de gravedad para los sistemas nervioso y cardiovascular. Los ciudadanos deben apoyar vigorosamente este esfuerzo por librarnos del abuso de los ruidos, y estimular a la autoridad a ser inflexibles ante los causantes de esta perturbación.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas