Politizar la lucha contra las drogas es un error

Politizar la lucha contra las drogas es un error

Entre muchos periodistas afines al gobierno y otros que prefieren al PRD se está librando una sorda lucha cuyo tema es el narcotráfico. Los primeros argumentan que es en este gobierno o bajo este Presidente que más se ha hecho para combatir el negocio de las drogas, mientras los otros arguyen que es en la presente administración que el auge de las drogas ha alcanzado su máximo esplendor. 

Voceros gubernamentales y opinantes cercanos al oficialismo señalan que ha sido el actual gobierno el que ha dado golpes certeros a las mafias de Quirino Ernesto Paulino, José David Figueroa Agosto y el grupo de Paya, los cuales alegadamente se instalaron en el país y comenzaron a operar durante la administración del PRD.  Periodistas ligados al PRD, en cambio, señalan que ha sido en los últimos seis años que el tráfico de drogas ha llegado a niveles sin precedentes y que ese auge sería imposible sin algún grado de complicidad de parte de funcionarios enquistados en la presente administración. 

Quizás ambas partes tienen razón.  Las mafias descubiertas en los últimos seis años se fortalecieron en el cuatrienio anterior. Pero, ¿quiere eso decir que del 1996 al 2000 el país estuvo libre de esa infección? Dentro del país el negocio del tráfico de drogas ha operado según las condiciones regionales, pues es un problema internacional cuyas principales condiciones no son dictadas sólo por lo que ocurra dentro del país o quién ocupe la Presidencia.  Para ser efectivas, las mafias reclutan y obtienen cómplices oficiales sin importar cuál sea el Presidente o el partido que esté en el poder.

Sería un terrible error pretender que en esta parte de la isla la lucha contra las drogas es una cuestión partidista entre peledeístas y perredeístas.  Si los carteles de la droga han logrado ocasionalmente penetrar la propia DEA y operan tan eficazmente dentro de los propios Estados Unidos, ¿qué no será en un país pequeño usado como puente donde los recursos para esta guerra son penosamente ridículos en comparación con el poder y riqueza de los narcotraficantes?  En lugar de politizar la lucha contra las drogas, ambos partidos mayoritarios deberían públicamente comprometerse a combatir unidos ese flagelo, fortaleciendo los anti-cuerpos en sus respectivos organismos. Sólo unidos en un propósito común podremos los buenos dominicanos combatir un enemigo tan poderoso.

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