Politólogo afirma 2018 fue año fatídico para la PN

Politólogo afirma 2018 fue año fatídico para la PN

País - Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, en el cual estuvieron como invitados: Lic. Demóstenes Martínez, Presidente de la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados, Dr. Servio Tulio Castaños, Vicepresidente Ejecutivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia, Lic. Daniel Pou, Experto en políticas de Seguridad Publica y Consultor invitado de la Comisión del Senado para Reforma de la Ley Orgánica de la Policía Nacional. Ariel Díaz-Alejo / Periódico Hoy / 05 de octubre del 2011.

El experto en seguridad Daniel Pou consideró ayer que el 2018 fue un año nefasto, fatídico y oscuro para la Policía Nacional, por la falta de transparencia, disciplina, limitaciones para cumplir protocolos mínimos de intervención, así como una serie de vicios inaceptables que por años han caracterizado a ese cuerpo del orden.
El también politólogo se refirió en esos términos al cuestionar las ejecuciones que se produjeron en el pasado año a manos de agentes policiales, mientras perseguían a delincuentes. El último de esos fue el ocurrido el pasado viernes en Nagua, donde una patrulla ejecutó a Jorge Gabriel Báez Abreu, quien se había escapado de un centro médico donde fue llevado desde la cárcel.
Pou afirmó que los excesos de violencia, las ejecuciones y la cantidad de informaciones falsas que se emiten a través de la Policía, que luego son develadas por vídeos o testigos de los hechos, demuestran una dinámica perversa desarrollada por la institución.
“La Policía es una tumoración institucional en el Estado dominicano, con un enfoque lamentablemente pobre de sí misma y de su misión como institución para garantizar la seguridad ciudadana y un régimen de consecuencia penal que le impide asumir de manera correcta su rol”, manifestó.
Sostuvo además que el mayor problema que enfrenta el cuerpo del orden es la integración de individuos que vienen de la marginalidad, con escasa capacidad de entender el protocolo y con poco equilibrio emocional.
“Son tiguerones enganchados a policía, que no tienen hechura profesional, que cuando llegan a un lugar de conflicto se identifican con una de las partes y magnifican el problema porque no tienen protocolo y buscan resolver todo a la fuerza”, señaló.
En ese sentido señaló que el régimen disciplinario de la institución ha sido sustituido por un sistema de servidumbre, donde hay una élite que oprime al policía que desempeña su trabajo en las calles.
En ese sentido, considera necesario realizar una intervención y una auditoría en términos de recursos humanos y materiales por parte de expertos y funcionarios capaces de suspender los mandos jerárquicos temporalmente y asumir por ellos la dirección del cuerpo policial.

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