El politólogo y analista en temas de seguridad ciudadana Daniel Pou afirmó que detrás del movimiento de los llamados ultranacionalistas y antiinmigrantes ilegales, que muestran un discurso supuestamente patriótico, con amenazas a la integridad de comunicadores y de periodistas, hay todo un movimiento político-oligárquico que persigue empañar la gestión del presidente Danilo Medina.

Dijo que estas manifestaciones vienen de capitales de la oligarquía haitiana y dominicana, que buscan desplazar al presidente Medina porque rompió con la tradición de otorgar obras en Haití, así como de grupos que procuran desviar la atención de los temas que ocurren en el territorio dominicano.

Pou reveló que también fue amenazado, vía redes sociales, por parte de los sectores conservadores del país por la manera en la que asume ciertos temas. Expresó que es peligroso que se amenace a los periodistas Juan Bolívar Díaz Santana, Huchi Lora, Amelia Deschamps y al comunicador Roberto Cavada por su postura en el tema migratorio.

“En este movimiento, de una supuesta impronta nacionalista y patriótica, hay detrás de eso una intención política que la han promovido adversarios del presidente Medina, que es el único Presidente que ha intentado darle una solución dentro del marco de la legitimidad y respetando las vías institucionales al tema haitiano”, planteó.

Pou reconoció que la mayoría de la migración ilegal es haitiana y dijo que el problema no es reciente, sino de cinco décadas, avalada por prácticas ilegales que ejercieron diversos gobiernos dominicanos, desde la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina.

Citó los dos factores que han disparado la migración ilegal hacia la República Dominicana: el terremoto en Haití en 2010, que diezmó de manera significativa la instraestructura de esa nación y agravó los males, como la desigualdad y la pobreza.

En segundo lugar, mencionó el aspecto catalizador de la migración haitiana, dado que en el territorio dominicano se garantiza la mano de obra haitiana no especializada, mediante la ejecución de grandes obras, como la construcción del Metro de Santo Domingo y otras obras del Estado, las labores domésticas para las mujeres y empleos en el sector turismo.

“Otro elementos puntual para que se incremente la mano de obra haitiana es el escaso sueldo que se le paga a los obreros no calificados en la República Dominicana”, dijo el politólogo, refiriéndose a que los haitianos ocupan los espacios vacíos que dejan los dominicanos para irse a trabajar a otras naciones.