El politólogo Juan de Dios Gabriel Santana consideró que el magnicidio contra el presidente de Haití, Jovenel Moïse, ocurrido en horas de la madrugada durante el pasado miércoles, se debió a la falta de acción de la comunidad internacional.
De acuerdo con Santana, quien cuenta con un máster en relaciones internacionales en el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Dominicana (MIREX), la situación de Haití fue subestimada lo que desencadenó en el asesinato del presidente y permitió que la primera dama, Martine Moïse, resultara herida de gravedad.
En una entrevista para el programa «Revista Dominical Dejando Huellas», producido por Onorio Montás y transmitido por CDNRadio, el politólogo manifestó que Moïse quería hacer una reforma estructural a la política de su país en el que se plantearía un sistema presidencialista único que tendría un presidente y un vicepresidente y constaría de máximo de dos periodos.
Para esto, el fenecido presidente tenía previsto realizar un referéndum y aprobar una nueva constitución.
Santana señaló que la comunidad internacional no apoyó esta decisión, pero actualmente es posible observar como la Organización de Estados Americanos (OEA), dice que es necesario buscar una rápida solución para la inestabilidad política de Haití.
“La comunidad internacional tiene que jugar su papel y yo pienso que los únicos que pueden resolver los problemas de Haití son Estados Unidos, Francia y Canadá en gran parte, por la cantidad de haitianos qué hay en cada uno de esos países”, consideró.
Para Gabriel Santana, la reunión realizada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre Haití que se efectuó de manera privada el pasado jueves sin la presencia de República Dominicana es un factor de preocupación que puede afectar directamente al país.
Dijo que si los países mencionados no juegan un papel importante en la solución de los problemas en Haití podrían buscarla en territorio dominicano.
“Pueden decidir hacer un campamento de refugiados en República Dominicana, en este momento, esa decisión lo que podría hacer es afectar la situación del país aún más con Haití”, declaró.
Informó que en la última entrevista que Moïse concedió para un medio de comunicación internacional dijo que había un complot, principalmente de la élite energética haitiana y, también, de un sector de la oposición que se estaban organizando para asesinarlo o ejecutar un golpe de estado.
Según explicó, en el magnicidio intervinieron entre 31 y 40 efectivos militares los que se suponía, se desempeñaban como la seguridad del presidente, posteriormente se presentó un grupo de personas que calificó como perpetradores, vestidos de militares.
Explicó que estos sospechosos se identificaron como agentes de la Administración de Control de Drogas (DEA), utilizando un mecanismo de inteligencia de Estados Unidos y antinarcótico para entrar a la vivienda del presidente haitiano.
“Esto fue lo que ocasionó que recibiera 12 disparos, le sacaron un ojo, fue maltratado y salvajemente asesinado”, señaló.
Detalló que intervinieron 26 colombianos en el asesinato, así como también tres norteamericanos de ascendencia haitiana, de los cuales fueron abatidos tres perpetradores. Para Santana, es extraña la cantidad de nacionales colombianos que participaron en este hecho.
“Hace una semana que quisieron asesinar al presidente colombiano Iván Duque, fue interceptado su helicóptero y fue baleado por un grupo de acribilladores del sur de Colombia que hace frontera en Cúcuta con Venezuela”, recordó.
También hizo énfasis en el hecho de que Moïse se encontraba violando la constitución existente durante sus últimos meses de vida, porque su mandato presidencial debió a ver terminado el 7 de febrero de este año.
Debido a que asumió el poder un año después de lo previsto interpretó que debía permanecer en el poder hasta el 2022, lo que ocasionó el descontento de diversos sectores de la sociedad haitiana.
Cabe destacar, que la Constitución de Haití, en su artículo 134 no. 2, establece claramente que a pesar de que el presidente se juramente después de lo previsto se entenderá que lo hizo en la fecha establecida.
Sin embargo, el magnicidio de Moïse no ha sido el único ocurrido en Haití, pues en promedio, aproximadamente cada 100 años un presidente es asesinado en la otra mitad de la isla.
El primer caso ocurrió en 1806, cuando Jean-Jacques Dessalines, quien proclamó la independencia de Haití dos años antes, fue violentamente asesinado por sus colaboradores Alexandre Pétion y Henri Christophe, quienes, tras su muerte, se repartieron el poder de la nueva nación.
Ordenó el exterminio de la minoría blanca que aún permanecía en el país, lo que ocasionó la muerte de entre 3000 y 5000 personas durante el periodo comprendido entre febrero y abril de 1804, año en que se proclamó emperador con el nombre de Jacques I.
Este golpe de Estado fue promovido por sectores acomodados que se vieron afectados por la promulgación de una Ley de Reforma Agraria.
Posteriormente, en 1915, Jean Vilbrun Guillaume Sam, fue asesinado, dando paso a una intervención norteamericana que se extendió durante 19 años hasta el 1935.