Politólogo Luis González
La sociedad quiere una nueva clase gobernante

<STRONG>Politólogo Luis González<BR></STRONG>La sociedad quiere una nueva clase gobernante

“Lo que hace falta aquí es un líder que entienda lo que es liderazgo…  La sociedad dominicana quiere una nueva clase gobernante. Hay que salvar la política, porque está totalmente desacreditada”.

Leonel Fernández Reyna fue, en algún momento, la última esperanza de hacer realidad el “sueño dominicano”. Pero, como una gota de agua en el desierto, los anhelos de progreso y bienestar para el pueblo dominicano, se esfumaron.  Todo quedó en “canto de sirena” que no convencen a nadie.

Más que soñar, o intentar conciliar el sueño en medio de la tempestad,  la sociedad dominicana enfrenta una terrible crisis económica, de valores éticos y morales y una secuela de males sociales  que, lejos de mejorar, se agudizan.

“Creo que Leonel Fernández era la última oportunidad que le quedaba al sistema de partidos. La historia dominicana  conoce sus propuestas, el nuevo camino cuando comenzó. Viene de la escuela del profesor Juan Bosch, de quien todo el mundo sabe cuál era su posición histórica. La población entendía que el PLD iba a realizar el sueño dominicano Pero fracasó”.

Con estos ejemplos ilustrativos, el politólogo Luis González analiza los fracasos sucesivos de la clase gobernante que ha dirigido los destinos de la República Dominicana durante casi cinco décadas.

González, un prominente catedrático de ciencias políticas, asegura que el grupo de políticos que ha estado gobernando el país (en los partidos Reformista Social Cristiano, Revolucionario Dominicano y  de la Liberación Dominicana) están las postrimerías,  agotados y exhaustos.

Fernández Reyna, subraya el profesor González, “hace diez promesas y apenas cumple dos. El resto no las cumple, y peor aún utiliza su capacidad oratoria para confundir”.

Eso sí, el politólogo reconoce la capacidad de “conceptualizar” que tiene el mandatario.

“El pueblo dominicano merece un mejor destino. Lo que hace falta es una nueva clase que entienda que gobernar es sacrificarse en conducir hacia un puerto seguro. En política, como decía Juan Pablo Duarte, es entregarse por una causa. La política, decía Duarte, es lo más puro que existe”.

Luis González conoce de política. Menciona todos los diálogos inútiles, los consejos de gobierno, las cumbres, los programas que ofertan los partidos políticos y luego, cuando ganan las elecciones, no cumplen. “Todo eso está ahí, escrito, pero nadie cumple”.

“Lo que está esperando la gente es que se le cumpla. Lo que se necesita es una clase gobernante que entienda que política es servicio y sacrificio. La política no es para enriquecerse”.

¿Para qué mucha gente se inserta a la política? Es una excelente interrogante que González responde sin titubeos: “para enriquecerse, para tener guardaespaldas en la casa, para tener opciones de nepotismo y clientelismo. La política, repito, no es para eso”.

 Entiende que es importante imitar las acciones de los empresarios serios, trabajadores y responsables del país que no están exhibiendo opulencia, arrogancia o prepotencia. Cita el caso particular de José Luis Corripio (Pepín).

Gestor político.  González asegura que el Consejo Nacional de Reforma del Estado debe enfocar sus esfuerzos en el nuevo  hombre que debe gobernar en la República Dominicana, en el nuevo gestor político que está demandando el país.

“Es a la gente que debemos cambiar. Es la mentalidad del político que hay que cambiar. Eso es posible, pero no se puede hacer dentro del sistema de partidos. Incluso. Los partidos tradicionales están en sus últimos momentos. Incluso, si tú le preguntas a cualquier joven, te responden que ya no creen en política”.

Menciona  algunos movimientos emergentes que se expresan de forma diferente y que han calado en distintos sectores de la sociedad. Los casos más recientes son “Patria para todos” y “Toy Jarto”.

Los políticos han desacreditado la política, precisa González. De hecho, esa actividad no ha dejado de ser una relación entre gobernantes y gobernados. Pero los que han ejercido esa actividad han malogrado su esencia, comprando votos, conciencia de personas y elecciones para mantenerse en el poder.

“Lo que hace falta aquí es un líder que entienda lo que es liderazgo. Eso es lo que implora el pueblo, la juventud dominicana. La sociedad dominicana quiere una nueva clase gobernante. Hay que salvar la política, porque está totalmente desacreditada”.

El joven politólogo muestra una chispa de optimismo cuando se le pregunta si es irremediable la decadencia de los dirigentes políticos tradicionales. “Tienen una última oportunidad; quizás aparezca un médico chino que los salve del cáncer que tienen. Tienen que hacerse una autoevaluación y darle una oportunidad al pueblo dominicano en el 2010 y el 2012”.

“Estamos cansados del dime y direte. Es tiempo de hacer realidad el sueño dominicano. Esto es posible planteando la distancia entre el sueño y el logro. ¿Dónde quiero llegar? ¿Qué es lo que queremos? ¿Qué es lo que sueña la República Dominicana? La gente quiere una clase política responsable, honesta, que no piense con el signo de peso, sino que gobierne para servir a las grandes mayorías. Ese el sueño y se puede alcanzar. Lo que debemos hacer es recorrer esa distancia”.

Corrupción e impunidad.    Inevitablemente, González enfoca la corrupción administrativa. Hace referencia a las denuncias de corrupción en distintas instituciones gubernamentales, entre las que citó a la secretaría de Obras Públicas y su titular, Víctor Díaz Rúa. También el caso de la Oficina Técnica del Trasporte Terrestre.

“Cuando esos casos de corrupción salen a la luz pública, un presidente que se respete se toma diez minutos y con un decreto cancela a ambos funcionarios y los pone bajo investigación del Depreco. Ni siquiera había que buscar pruebas documentales en Obras Públicas y la OTTT”.

Luis González, quien imparte docencia en la formación de servidores públicos, lamenta que mientras él enseña ética y valores a empleados del gobierno,  muchos funcionarios incurren en actos de corrupción. Es un mal ejemplo que debe erradicarse.

“La verdad es que el presidente Fernández, quien es mi amigo y le debo respeto, se ha divorciado totalmente de lo que el pueblo dominicano esperaba de él. Ya sus amigos están por encima del interés nacional”.

El protagonista

Luis González

Es Politólogo e internacionalista, especialista en cultura, sociedad y política China.

 Tiene una maestría en Relaciones Internacionales en la UASD.   Actualmente es secretario general de la Asociación Iberoamericana de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Imparte docencia a servidores públicos en el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP). Ha participado en diplomados, cursos y seminarios en China, Estados Unidos, Alemania, Argentina, España, México,  Venezuela, Guatemala, Colombia y Costa Rica.  

 Trabajó como coordinador de la Agenda Legislativa y Judicial de la Dirección de Información, Análisis y Programación Estratégica (DIAPE),  Presidencia de la República Dominicana. También ha sido miembro-investigador del Centro de Estudios Sociales de la Fundación Global Democracia y Desarrollo.

 Impartió docencia como profesor de Ética del Servidor Público en la Escuela Nacional del Ministerio Público. Ha impartido cátedras en distintos centros de estudios del país. Tiene numerosos artículos de temas políticos y asuntos internacionales en periódicos y revistas de circulación nacional.  Actualmente trabaja en un libro sobre “el sueño dominicano: redefinición y realización”.

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