El politólogo Rafael Toribio considera que aunque la democracia dominicana está demasiado permeada por las prácticas políticas clientelares, hay señales -talvez impercetibles- de que algunas cosas están cambiando en las organizaciones políticas.

El catedrático, quien es parte de los coordinadores del Programa Formación de Jóvenes Líderes de Partidos Políticos, tiene esa percepción a partir del empoderamiento de los asistentes en ese programa, y del desarrollo que han tenido en sus organizaciones.

En el Partido Alianza por la Democracia se tomó muy en cuenta, en su último congreso, las críticas posturas que plantearon los jóvenes participantes en el programa.

Y en el caso de entidades como el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), su secretario general en Santiago es egresado de estos programas, lo que supone que las ideas renovadoras que aprendió las está poniendo en práctica, destacó en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio.

Sobre el particular el también politólogo Wilfredo Lozano no está seguro de que las modernas visiones políticas expuestas en el programa -que se aplica desde 2005- hayan alcanzado ya a las cúpulas de los partidos.

Sin embargo, coincide con Toribio en que se ven algunos frutos, y en ese caso citó el encuentro que tuvo una comisión de jóvenes políticos con la comisión del Congreso Nacional que estudia el proyecto de Ley de Partidos.

Los miembros de la red de egresados se reunieron con una comisión de legisladores para discutir el proyecto de Ley de Partidos, y lo que estos recibieron fue un documento crítico que prácticamente demolió al que está sometido en las cámaras legislativas.

Los diputados tuvieron que admitir que el proyecto tiene muchos huecos, y cuando salieron nos dijeron que esa había sido la experiencia más contundente que habían tenido, ese es un ejemplo de cómo puede generarse un nuevo tipo de ejercicio de la política.

Sin embargo, se preguntó hasta donde puede el sistema de partidos continuar ejercitándose en una política clientelar, corporativa, sin poner en crisis la política democrática misma.

Yo creo que a lo interno de los partidos hay mucha resistencia a la transformación, pero también hay muchos indicadores de voluntad de cambio, refiró Lozano.

Al referirse al mismo tema, Cándido Mercedes -docente del programa de formación política- expresó que uno de los grandes problemas de la sociedad dominicana es la visión cortoplacista, por lo que estos cursos vienen a romper con esa cultura que también existe en el mundo político.

A su modo de ver, las ideas discutidas en los programas de estudio plantean una ruptura con un ejercicio político gastado, que no se puede sustentar en el tiempo.

Wendy Capellán, quien también es docente de los cursos, explica que los participantes se quedan con la idea de que existen diferentes maneras de hacer política, de que el mundo tiene otros paradigmas.

Y esos paradigmas, afirmó, deben enfocarse hacia el rol que deben jugar los políticos en la planificación de políticas públicas que cambien, que transformen la vida de los ciudadanos.

No se puede pensar la política sin la gente, expresó, al destacar que ese es el cambio de mentalidad que se debe llevar hacia las nuevas generaciones de políticos.

Capellán informó además que los citados cursos de formación han contribuido con el empoderamiento de los jóvenes involucrados en actividades políticas.

Es tanto así, que en muchos casos los aspirantes a cargos electivos no pueden conquistar a los jóvenes sólo porque son de una élite política que quiere heredar un liderazgo.

Las claves

1. Resistencia al cambio

Wilfredo Lozano cree que, a largo plazo, la cultura política dominicana puede cambiar, aunque está consciente de que hay fuertes muros que se resisten a los cambios, sobre todo los que representan la vieja escuela del caudillismo.

2. Una lección

Jóvenes que participaron en el programa de formación le demostraron a los legisladores que el proyecto de Ley de Partidos debe mejorarse.

Zoom

La partidocracia

Como parte del Programa de Formación de Jóvenes Políticos, se realizó un diagnóstico sobre la situación del sistema de partidos del país, el que arrojó que este está caracterizado por déficits de cumplimiento de reglas internas, de democracia, fuerte sesgo corporativo, y problemas en la rendición de cuentas.

Falta de sanciones

También se establece la debilidad institucional, que tiene como máxima expresión el incumplimiento de los estatutos y la ausencia de sanciones. En ese contexto, plantea el diagnóstico, priman los acuerdos informales para enfrentar las crisis internas.

Prebendas por ideologías

Otra falencia detectada en el sistema de partidos es la falta de ideologías, que es sustituida por promesas individuales y el intercambio de prebendas. Eso convierte a los partidos políticos dominicanos en maquinarias electorales que sólo están al servicio de un candidato.