Los politólogos Belarminio Ramírez y José Antinoe Fiallo consideran que la baja votación en la Convención del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el pasado domingo, coloca a esa organización en una crisis por división parecida a la de 1990, cuando se fraccionó casi en dos mitades. Dicen que el futuro del PRD dependerá de qué grupo saque más votación en la primera vuelta de las elecciones de mayo de 2016.

Ramírez plantea que el PRD se volverá a dividir en el futuro, ya que cada tendencia tiene su grupo y sus aspiraciones. Señala que se presenta un componente nuevo, porque en el 90 los símbolos fueron decisivos. Ahora, lo que va a decidir es el pulso electoral y la capacidad de liderazgo de cada grupo, el nivel de legitimidad, la imagen para expresar en votación en el certamen electoral.

Afirma que el liderazgo del Partido Revolucionario Dominicano radica en este momento en la capacidad de destruirse los unos a los otros. Estima que en la franquicia del PRD se pelean por los beneficios y el financiamiento. El analista considera que el PRD no podía sacar más votación de la recibida, “porque fue un proceso montado para que ganara una sola persona”, incluso, Guido Gómez Mazara, único contrincante de Miguel Vargas Maldonado, tuvo que ir al Tribunal Superior Electoral para que le entregaran la lista con los centros de votación.