ROMA (AFP).- Una serie de polémicas se desataron ayer en Italia después de que el jefe de gobierno italiano, Romano Prodi, autorizó la ampliación de la base militar estadounidense de Vicenza, al norte de la península.

Prodi, quien se había tomado hasta el viernes para anunciar oficialmente su decisión, adelantó su consenso al martes en la noche pese a la oposición de una parte de sus aliados, en particular los Verdes y Comunistas.

Para muchos observadores, Prodi decidió autorizar la ampliación de la base militar con el objetivo de destensar las relaciones con Estados Unidos, país con el que ha tenido enfrentamientos por su política exterior, en particular por la intervención en Somalia, ex colonia italiana y su nuevo plan para Irak.  “Al aplazar la decisión se corría el riesgo de tensar ulteriormente las relaciones con la adminmistración de George W. Bush”, escribió este miércoles en un editorial el diario La Repubblica.

Inmediatamente después del anuncio, varias manifestaciones a favor y en contra se llevaron a cabo, tanto en Roma, frente a la sede del Parlamento, como en Vicenza, en donde unas cinco mil personas salieron a protestar pacíficamente.

“El gobierno italiano no se opone a la decisión tomada por mi predecesor (Silvio Berlusconi, ndr) y apoyada por la alcaldía de ampliar la base militar de Vicenza”, declaró Prodi el martes por la noche a un grupo de periodistas italianos en Bucarest, capital de Rumania. La decisión fue aplaudida por la oposición de centro derecha, que considera clave la alianza incondicional con Estados Unidos y el gobierno de George W. Bush.

El embajador de Estados Unidos en Italia manifestó igualmente su satisfacción por la decisión del jefe de gobierno italiano.

“Las relaciones entre Italia y Estados Unidos dieron un paso hacia adelante”, aseguró Ronald Spogli, embajador de Estados Unidos en Italia.

El gobierno de Prodi, que ha manifestado siempre su oposición a la guerra en Irak y terminó de evacuar su contingente en ese país, ha sido acusado de ser “antinorteamericano” por el gobierno anterior.

Ante el anuncio, los sectores más radicales de la coalición gubernamental, entre ellos los Verdes, acérrimos pacifistas, anunciaron que darán batalla.

“Es una decisión desastrosa”, protestaron en un declaración conjunta los portavoces en el Senado de losVerdes y el Partido de los Comunistas Italianos, Manuela Palermi y Natale Ripamonti, quienes se oponen a la política estadounidense de desplegar tropas por el mundo para la lucha contra el terrorismo.

“Se da una bofetada a los pacifistas”, comentó por su parte Fausto Bertinotti, presidente de la Cámara de Diputados y líder histórico de Refundación Comunista.

Los sectores moderados de la izquierda también manifestaron su decepción, entre ellos Democráticos de Izquierda, el mayor partido de la coalición, cuyo líder, Piero Fassino, apoya la idea de celebrar un referéndum sobre el tema.

La ampliación de la base, que aloja 2.750 militares de la 173 Brigada ‘Airborne’ estadounidense, deberá permitir hospedar 1.800 militares basados actualmente en Alemania.

Además de los pacifistas, también los ecologistas criticaron la decisión, ya que consideran que la base afecta el equilibrio medio ambiental de la zona y se encuentra demasiado cerca de la ciudad, a pocos kilómetros de distancia.

Si bien los aliados del gobierno de centro izquierda liderado por Prodi están irritados, la oposición de derecha se jacta de haber obtenido una victoria.