Polonia: Presidente sufre inesperada derrota en elecciones

Polonia: Presidente sufre inesperada derrota en elecciones

VARSOVIA, Polonia.  En una de las mayores sorpresas políticas registradas en Polonia en años, el presidente Bronislaw Komorowski aparentemente perdió en la primera ronda de las elecciones nacionales ante un miembro del Parlamento Europeo de 42 años de edad relativamente desconocido.

La derrota del disidente de la era comunista, que en las encuestas aparecía reiteradamente como uno de los líderes más confiables de la nación, es un indicio de que las elecciones parlamentarias de los próximos meses podrían ser imprevisibles. Incluso podría indicar un posible retorno al poder de Ley y Justicia, el grupo derechista que respaldó al candidato ganador del domingo Andzej Duda. Favorece una actitud más contenciosa con la Unión Europea y la vecina Alemania que la del partido gobernante Plataforma Cívica.

Una segunda vuelta electoral en dos semanas decidirá el resultado definitivo, pero las encuestas a boca de urna indican que Komorowski recibió apenas el 33% de los votos en comparación con más del 34% de Duda.

El resultado oficial en la votación del domingo, en la que compitieron once candidatos, se aguarda para el lunes por la noche o martes. Aunque el resultado oficial difiera ligeramente del que indican las encuestas, constituye sin duda un revés para Komorowski, un líder de centro-derecha que se anticipaba a principios de año que ganaría fácilmente con bastante más del 50% de los votos, evitando una segunda vuelta.

Cuando Ley y Justicia estuvo en el gobierno, entre 2005 y 2007, Polonia chocó reiteradamente con las autoridades europeas en Bruselas y se agriaron las relaciones con Alemania. El partido también ha sido sumamente crítico de Rusia.

El líder del partido, Jaroslaw Kaczynski, acusó al presidente ruso Vladimir Putin por la muerte de su hermano mellizo, el presidente Lech Kaczyinski, en un accidente de aviación en 2010. Adam Michnik, director de la influyente Gazeta Wyborcza, escribió sobre “la suspicacia y temor” que reinaban en Polonia en ese entonces, cuando el gobierno luchaba contra la corrupción y la influencia de los antiguos comunistas en lo que muchos polacos consideraban una intrusión estatal excesiva.

Otro comentarista, Pawel Wronski, calificó los resultados aparentes de las elecciones como “la mayor sorpresa en la política polaca de los últimos años”.

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