Polyplas: Todavía no cambiemos el tema

Polyplas: Todavía no cambiemos el tema

Millizen Uribe

En la opinión pública dominicana, como en la de otros países (ya lo analizaron los autores de la teoría agenda setting), los temas entran y salen. Por eso, aunque de la explosión en Polyplas, el pasado cinco de diciembre, en Villas Agrícolas,se ha escrito y dicho mucho, se le haría un muy flaco servicio al país y a la ciudadanía si, aprovechando la víspera navideña, este tema se olvida.
Y es que no se debe cambiar la agenda sin que antes haya garantías de que una tragedia como esta no se volverá a repetir o, que al menos, los niveles de prevención y respuesta serán mejores.
Sumado al dolor de quienes esa mañana perdieron sus seres queridos y a quienes, aún heridos, luchan por su recuperación en centros médicos capitalinos, lo peor de esta tragedia, es la posibilidad de que se repita, de que en otra fábrica, en otro barrio, acontezca otra similar o más grande. Las tantas otras vidas que también están en riesgo.
De ahí la importancia de que la explosión en Polyplas sea un punto de referencia para prevenir y evitar otras, porque barrios como Villa Consuelo, Villa Juana, Ensanche La Fe y el mismo Villas Agrícolas, sólo por citar algunos en ese mismo perímetro, corren igual peligro.
En este sentido, urge que los ministerios correspondientes, como Medio Ambiente, Trabajo e Industria y Comercio, revisen, supervisen y garanticen el cumplimiento de las normativas relacionadas a temas como las distancias que deben imperar entre industrias, residencias y escuelas.
Además, todas las empresas deben tener, definidos y asimilados, protocolos de seguridad y rutas de evacuación, elementos que se echan de menos en videos previos a la explosión, donde no se escuchan alarmas, sirenas, ni se visualizan desplazamientos apresurados de las personas.
También debe estar claro el deslinde entre lo privado y lo público. Los riesgos económicos de las actividades lucrativas empresariales son responsabilidad privada, que bien puede resguardarse, como se estila, vía las aseguradoras. Mientras, al Estado le corresponde investigar, establecer causas, responsabilidades y consecuencias, interviniendo sólo para labores de emergencia y asistencia.
Y es que la tan en boga responsabilidad social empresarial, más que una moda, es una actitud concienzuda, que lo mínimo que implica, en casos como este, es transparencia, responsabilidad y tratar de resarcir los daños, respetando el dolor ajeno.
Ahora bien, reitero, que lo más importante es prevenir, trabajar para que no haya más tragedias como esta, porque una sola vida que se apague, es una pérdida irreparable, aunque en un país impune y desorganizado, la cuota de dolor y desgracia la continúen aportando, sobre todo, los hijos de Machepa y el Pollero.

Millizen Uribe

Millizen Uribe

Periodista. Editora del Periódico HOY Digital

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