Pompa Baldi: magistral en apertura de la Temporada Sinfónica 2021

Pompa Baldi: magistral en apertura de la Temporada Sinfónica 2021

El pianista italiano Antonio Pompa-Baldi emocionó al público con su virtuosismo la noche de apertura.

José Antonio Molina magnífica conducción


La Temporada Sinfónica 2021, luego de ser suspendida el año pasado por causa de la pandemia, fue recibida con gran entusiasmo por los amantes de la música.

El público un tanto limitado en la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional, debido a las circunstancias, en actitud reverente escucha las notas gloriosas de nuestro Himno Nacional, dando apertura a la esperada Temporada Sinfónica 2021.

Sentimientos encontrados se apoderan de nosotros, estar allí escuchando a nuestra primera institución musical nos alegraba, era como ver una luz refulgente al final del túnel por el que hemos transitado por más de un año.

Pero al mismo tiempo sentimos una gran nostalgia, cuando al mirar a nuestro alrededor no vemos aquellos personajes con los que compartimos inolvidables noches musicales, y entonces… no pudimos evitar que una furtiva lágrima, asomara a nuestros ojos, al recordar al maestro y amigo Julio D´Windt, director por años de nuestra Sinfónica Nacional; al excelente músico Francois Bahuah y al compositor Papa Molina.

Otra figura emblemática extrañamos, ahondando más nuestra pena por su partida cercana, Margarita Copello de Rodríguez, una dama excepcional que entregó su vida a la difusión de la música, dejando como impronta los célebres Festivales Musicales y la Fundación Sinfonía como un legado tangible. A ellos merecidamente va dedicada esta Temporada Sinfónica.

Los aplausos que recibe el maestro José Antonio Molina al entrar junto al pianista italiano Antonio Pompa-Baldi, nos saca de nuestro ensimismamiento y pasamos al disfrute, al deleite que proporciona la música en su más alta expresión.

La llamada de un hermoso tema de la trompa –Héctor Rodríguez- que como un eco repite el piano, nos introduce en el primer movimiento Allegro non troppo del Concierto No.2 para piano y orquesta en Si bemol mayor, de Johannes Brahms, obra de profundo lirismo. Pompa-Baldi inicia lo que sería un concierto memorable.

El segundo movimiento “Allegro Appasionato” es un scherzo dramático, el piano expone el primer tema, que repite la orquesta. Un segundo tema melodioso aparece en los violines.

El tercer movimiento “Andante” es una bellísima página, cantada por el violoncello solista, que interpretada con pasión, Milena Zivkovich. Piano y clarinete introducen una segunda melodía nostálgica, regresa el tema inicial del cello contrastando con los trinos del piano, Pompa-Baldi se decanta en el movimiento lento, colorista.
El cuarto movimiento “Allegro grazioso” es un rondó relajante que conduce la obra a un crescendo orquestal.

El virtuosismo de Pompa-Baldi le permite abordar los pasajes de mayor dificultad. Vuelve el tema de apertura que nos conduce a un alegre final. Una vez más Antonio Pompa-Baldi muestra su gran calidad interpretativa, que lo ha llevado a posesionarse como uno de los grandes pianistas contemporáneos.

José Antonio Molina logra con brillantez, la síntesis orquesta-solista. El público retribuye con prolongados aplausos al pianista, al director, a la orquesta.

Tras el intermedio, el programa cierra con la Sinfonía No.4 en Re Menor, de Robert Schumann, obra de gran unidad, con conexiones temáticas a través de sus cuatro movimientos, considerada la cúspide sinfónica del compositor. El primer movimiento “Lebhaft –vivaz-“es un canto de victoria, los violines asumen el protagonismo.

El segundo movimiento “Romance” es pura poesía, el romanticismo de Schumann se expresa con melodías sencillas e íntimas brotadas del alma popular. Este movimiento es una elegía que contrasta con la alegría del movimiento anterior. El chelo y el oboe exponen una melancólica melodía, que acompañan las cuerdas en “pizzicati”.

El tercer movimiento “Scherzo” de gran fuerza rítmica, irrumpe, cambia el estado, luego vuelve el ambiente delicado que recuerda con melancolía los momentos poéticos.

La magistral introducción del último movimiento “Finale, Lento, Vivaz” es un crescendo lento, los violines tocan una referencia al tema principal del primer movimiento, para concluir con un tema de júbilo y optimismo. El público despidió de pie a nuestra Sinfónica.

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