Pompilio Brouwer, Bosch y Trujillo

Pompilio Brouwer, Bosch y Trujillo

MANUEL MIQUÍ
Sobre la vida y proceder del tirano Rafael Leonidas Trujillo se han escrito múltiples artículos y libros, a tal punto que hoy en día se proyecta otra película sobre el dictador, basada esta última en la novela La Fiesta del Chivo, del reconocido escritor peruano Mario Vargas Llosa. Sin duda, las historias que sobre este personaje han surgido tienen cada día más y más atracción e importancia, dada la singular y cruel forma en que ejerció el poder.

Muchos fueron, sin embargo, los dominicanos que enfrentaron la maléfica figura de Trujillo y su tiránica manera de gobernar, entre los cuales podemos mencionar al doctor Pompilio Brouwer Castillo y al profesor Juan Bosch.

Unos, por razones de seguridad o temor, se vieron obligados a unirse a su régimen o a ausentarse del país, muchos fueron aniquilados salvajemente, otros -como es sabido por todos- participaron en la trama que culminó con la desaparición física del tirano y en la caída de su régimen.

Como nota destacable, tenemos constancia de que el prominente médico dominicano doctor Pompilio A. Brouwer Castillo, fue un opositor tenaz de la persona de Rafael Leonidas Trujillo y de su régimen, lo que motivó que estuviese trece veces en prisión, a tal grado que en mayo del año 1961, cuando fue ajusticiado el tirano, estaba bajo arresto domiciliario.

Pero, como es sabido por muchas personas de la época, el doctor Brouwer Castillo formó parte del régimen de Trujillo, no por temor o cobardía, sino por prudencia y seguridad para su familia, ya que personalmente, el dictador le sugirió que se uniera a su gobierno o de lo contrario la seguridad de los suyos, principalmente la de sus hijos, estaba en peligro.

Es por esto que a partir del año 1949 inicia su carrera en el tren gubernamental, ocupando -entre otros- los cargos de secretario de Estado de Previsión Social (1949); secretario de Salud Pública (1950); miembro de la Comisión de Fomento (1951); director de Minería (desde 1951) y Supervisor de Minería (1958), posiciones que desempeñó con decoro y honorabilidad, utilizándolas para ampliar sus labores de asistencia a los más necesitados.

Se le considera propulsor del barrio Mejoramiento Social, de esta capital, del hospital Salvador B. Gautier, de los centros para la protección de los niños y de los ancianos, y es bien sabido que contribuyó a la institucionalización del desayuno escolar. Brouwer Castillo fue un hombre de gran valor personal, a tal grado que el propio Trujillo estimaba muy especialmente estas cualidades, señalándole a sus más cercanos colaboradores que lo trataran con mucho cuidado.

Prueba de ello es la carta manuscrita, de la cual tenemos copia, que le remitiera en el año 1964 el ex-director del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), general Arturo Espaillat (Navajita), la cual reza textualmente así: “Estimado Pompilio:

“Una vez Trujillo me dijo refiriéndose a tí: “Es inteligente, guapo y muy peligroso”, atributos estos usualmente fatales durante la pasada Era”.

“Tú estás vivo hoy porque cuando Johnny quiso funcionar, Negro y yo estábamos presentes y convencimos al Señor que no”.

“No por ello espero ningún favor de ti, pues lo cierto del caso fue que no lo hice por hacerte favor, sino porque entre tantos come mierda que abundan entre nosotros, daba pena que se perdiera un hombre”.

“Por la misma razón, si sientes que yo también soy un hombre, actuarás de acuerdo a ello” (termina la carta).

Mucho se ha escrito dando cuenta que el profesor Juan Bosch salió del país hacia Puerto Rico en el año 1937, en plena Era de Trujillo, para regresar en el año 1962, y que esa salida, cuando había rigurosos controles de tránsito, pudo lograrla mediante un engaño al régimen de Trujillo, pero lo que nadie ha dicho, es cuál fue ese engaño.

De acuerdo con el testimonio de los hijos del doctor Brouwer Castillo, el argumento lo proporcionó su padre, quien conociendo el grave peligro de muerte que corrían él y su familia, se atrevió a emitir un conveniente certificado médico que hacía constar que la entonces esposa del profesor Juan Bosch, Isabel García, padecía una enfermedad que no se podía tratar en el país, por lo que era necesario viajar al extranjero para su tratamiento.

Bajo este argumento, el después fundador de los partidos Revolucionario Dominicano (La Habana, Cuba-1939) y de la Liberación Dominicana (Santo Domingo, República Dominicana-1973) y padre de la democracia de nuestro país, pudo salir hacia el extranjero junto a su entonces esposa, y con ello posiblemente se salvó de no ser un muerto más de la Era de Trujillo.

Todo gracias a una acción atrevida y valiente realizada por un ilustre dominicano de nombre Pompilio A. Brouwer Castillo.

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