¡Pon alto a las alergias y no les permitas arruinar tu agenda!

¡Pon alto a las alergias y no les permitas arruinar tu agenda!

Estornudos abundantes o en salvas, ojos irritados, picazón en la garganta y un goteo constante de la nariz, son los síntomas de la rinitis, una de las afecciones que se identifican comúnmente con la alergia. 

Sin embargo, esta no es la única. La alergia también se manifiesta en la piel a través de urticarias y eccemas, en los bronquios con el asma y en el aparato digestivo, con intolerancias a alimentos.

Conocer los factores que despiertan alergias permite controlarlas y lograr una mejor calidad de vida.

Alergenos

La alergia es una forma diferente de reaccionar del organismo ante sustancias que son inocuas para el resto de la población.

Los responsables de las alergias son los alergenos, sustancias que habitan en el ambiente.

Los de mayor trascendencia en el país se encuentran en el interior de las viviendas o en el lugar de trabajo y son asociados al asma y a la rinitis.

En cambio, aquellos vinculados con molestias alérgicas estacionales proceden del medioambiente exterior.

Por otro lado, los problemas alérgicos de piel son en general producidos por medicamentos o alimentos. 

Los ácaros del polvo doméstico constituyen en nuestros días la principal causante del asma.

Estos crecen en un rango de temperatura muy estrecho de 23 a 25º C y una humedad del 70%. Dentro de las casas viven en los sillones, almohadas, cortinas,  muñecos de peluche y en las alfombras.

Otro de los alergenos que abundan en la zona son los hongos de la humedad. Se trata de organismos que se reproducen por esporas que, a semejanza de los granos de polen, pueden ser arrastradas por el viento. Estas partículas habitualmente derivan de restos de alimentos, escamas humanas, papel, plantas ornamentales, cortinas de baños, sótanos, tuberías aire, cultivos y depósito de granos, pastos y hojas muertas, basurales y deyecciones animales.

Los pelos de los animales domésticos como el gato y perro, también provocan asma, no tanto en Argentina, donde el 80% de los pacientes asmáticos tiene alergia a los ácaros.

La clave

Es posible que la enfermedad no se cure totalmente, los síntomas  pueden controlarse a través de una medicación adecuada, alejándose de los alergenos y con tratamientos de vacunas. Estas generan un cambio en el sistema inmune, para que aprenda a protegerse de los disparadores de la alergia y que cambie la manera de reaccionar. La apuesta hoy en día es por la mejora de la calidad de vida de los alérgicos. Porque aunque muchas alergias no provocan trastornos graves, se padecen incomodidades que al aumentar, provocan problemas laborales y escolares. Al tratar los síntomas alérgicos menores e iniciales, se previene que éstos empeoren.

Cambios de clima

Los cambios de tiempo son disparadores de episodios alérgicos. Las tormentas están precedidas de una ionización atmosférica con cargas negativas. Este fenómeno se llama “baguada” y, si un niño tiene asma y sus bronquios son muy sensibles, esta carga iónica negativa puede desencadenar una obstrucción bronquial. Muchas madres pueden predecir los cambios climáticos a partir del comienzo de los síntomas respiratorios en sus hijos alérgicos.

El viento moviliza polvillo, esporas de hongos y pólenes, en tanto que la lluvia posterior asienta estos elementos. Por eso, en primavera, los alérgicos a pólenes empeoran los días soleados y ventosos y mejoran cuando llueve.

No sólo los factores climáticos desencadenan alergias.  Los aires acondicionados también tienen incidencia, ya que al reducir la temperatura y humedad del ambiente provocan la sequedad de las mucosas. El problema se acrecienta en los niños alérgicos con rinitis y respiración bucal. En ellos, al respirar por la boca el aire seco y frío, aumenta el riesgo de contraer una faringitis o sufrir un broncoespasmo. Por otro lado, lograr reducir la humedad en las casas puede disminuir el crecimiento de ácaros y hongos.

Cambios de temperatura, virus y alergia

El frío produce cambios en las secreciones nasales y bronquiales, inmovilidad ciliar y disminución de los mecanismos de defensa naturales de la vía aérea.  Estos cambios predisponen a las virosis respiratorias. En los niños con hiperreactividad bronquial (HRB), los bronquios responden contrayendo sus paredes y desarrollando un proceso inflamatorio, muchas veces ya durante el período de incubación viral, antes que se presenten los síntomas propios de cualquier virosis, tales como decaimiento y febrícula. Existe una clara relación entre infección viral respiratoria y broncoespasmo en los niños alérgicos, tal como lo demuestran los estudios en servicios de emergencia domiciliaria. Cuando los niños se reintegran a clases luego de un período de vacaciones se suelen contagiar con los virus que aportan sus compañeros y los que sufren de HRB pueden desencadenar episodios de bronquitis obstructivas y asma.

En general los alérgicos comienzan con los síntomas de la alergia nasal pero terminan en un resfrío. Esto se debe a que los alérgicos tienen un mayor número de receptores para virus del resfrío común (rinovirus) en las células de la mucosa respiratoria nasal. Los receptores celulares fijan los virus al entrar en contacto con las personas que poseen este virus. Cuando los niños empiezan a ir a la colegio, al relacionarse con  sus compañeritos resfriados, los alérgicos rápidamente contraen este virus. Sin embargo, no hay que identificar a la alergia con la gripe o el resfrío. A diferencia de las alergias el resfrío provoca una secreción nasal amarillenta, de acuosa a consistente, un poco de temperatura y provoca decaimiento y cansancio.

Los síntomas de la alergia varían según el órgano que afecten. En la última reunión mundial sobre alergia se trató un nuevo concepto que sostiene que la alergia es una enfermedad sistémica, es decir que afecta a todo el organismo, pero que se expresa localmente, con síntomas en la nariz, en los bronquios, o en la piel. A veces se producen todas las manifestaciones en un mismo paciente. Puede ocurrir que un niño, tenga problemas gastrointestinales como diarreas, por intolerancia a la leche de vaca, cuando es lactante y, luego de superarlo, aparezcan eccemas en la piel. Con el tiempo podría llegar a ser un asmático. Esto pone en evidencia que ya sea en forma secuencial o simultánea la alergia se expresa en varios órganos, a la vez que afecta a todo el organismo.

Los síntomas de la alergia

Cuando la alergia se manifiesta a nivel nasal, se manifiesta con: picazón en la nariz, en la garganta y a veces en los oídos, lagrimeo, picor en los ojos, muchos estornudos, sobre todo a la mañana, o cuando cambia la temperatura, secreción nasal transparente, que cae como agua y congestión nasal.

El dato

A nivel de los bronquios

La enfermedad más característica es el asma, que en el 70% de los casos reconoce un origen alérgico. Sus síntomas son: falta de aire y agitación, tos seca y luego catarral, silbidos en el pecho.

Cuando la alergia se muestra en la piel, los síntomas clásicos son: ronchas sobreelevadas y enrojecidas, picazón, hinchazón de labios y ojos, náuseas, vómitos, eccema, en el cuello, codos y detrás de las rodillas;  diarreas, cólicos y constipación.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas