El color tiene grandes efectos tanto psíquicos como físicos en las personas. Investigaciones científicos han demostrado las reacciones físicas y emocionales provocadas por los colores en los seres humanos. Por ejemplo, se ha comprobado que el color rojo aumenta la sensación del apetito.

Por el contrario, el color azul quita el apetito, y así se ha convertido en el color más utilizado para el embalaje de productos dietéticos.

 El color de la casa influye.  Andreu Guardi, psicólogo del color, de Jotun Multicolor, nos cuenta que “el tono de las paredes  influye en nuestro ánimo puesto que es la mayor superficie del espacio en que vivimos o  trabajamos”.

  Azul. Es profundidad, profesionalidad y estabilidad. Disminuye la presión arterial, calma la mente y ayuda a concentrarse, elimina el apetito.

 Amarillo. Transmite alegría, energía emocional e intelectual. Da energía, creatividad, concentración y memoria.

 Blanco. Representa la inocencia, la virtud, la pureza, la bondad, la paz.  Crea una atmósfera de armonía y serenidad que favorece el descanso y el relax.

 Lila. Transmite sabiduría y espiritualidad. Relaja, favorece el sueño y la paciencia.