POR LEONORA RAMÍREZ S.
Cuando apenas comenzaba el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio el embajador de los Estados Unidos, Hans Hertell, dijo en tono de broma que se sentía frente a un pelotón de fusilamiento.

Y tenía razón porque los chicos ácidos lo llevaron al terreno de  las disyuntivas, de las reflexiones sobre el valor de vida desde el punto de vista del imperio.

Dos preguntas sirven de ejemplo. ¿Qué diferencia hay entre el dolor que produce la explosión de una bomba que detona un extremista musulmán, y las que lanzan los aviones norteamericanos en los barrios de Bagdad, Irak?

¿Por qué Estados Unidos protege en su territorio a Luis Posada Carriles, a quien se le acusa de ser el autor del atentado terrorista que costó la vida a 73 personas, en un avión de Cubana de Aviación que estalló en 1976 en la ruta Barbados-Caracas?

Hertell trató de no ser evasivo y expresó que en cualquier circunstancia la pérdida de vidas humanas es lamentable y preferiría que no hubieran guerras. Sin embargo, calificó como héroes a los soldados norteamericanos que han defendido a los Estados Unidos en distintos conflictos bélicos.

Respecto a Posada Carriles manifestó que él está sometido a la justicia y la Corte Federal de Estados Unidos es independiente del gobierno.

Antes de ese bombardeo de preguntas el embajador, cuyas funciones cesarán próximamente, conversó unos minutos con Radhamés Gómez Pepín, director de El Nacional, José P. Monegro, subdirector de El Día, Emilio Ortiz, editor económico de El Nacional, William Millman, director del Centro Franklyn, y Nani Martínez, especialista en información de la embajada norteamericana.

¿De qué hablaron? Pues de alta política con uno que otro comentario sobre la música dominicana. Monegro aprovechó para reiterar que a él no le gusta la bachata, que esa música de la gleba insurrecta no está hecha para sus oídos educados con las más sublimes notas de los clásicos.

“Ruégale a Dios que no te encuentren en un tugurio entregado en los brazos de una sensual bachata”, dijo un chico ácido que conoce las rutas del joven subdirector.

EL DOCTOR CAFTA VIENE PRONTO
Parece un truco publicitario, pero el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-CAFTA) está a punto de entrar en vigencia en el país.

Lo aseguró Hertell, quien explicó que faltan algunos detalles pero no podía hablar de las negociaciones entre su gobierno y el dominicano, para no entorpecerlas. De tanto esperar la aplicación de ese convenio ya muchos chicos ácidos creen que el Doctor CAFTA es la novena maravilla del mundo…eso no se sabe todavía pero Hertell cree que el mismo servirá para fortalecer la institucionalidad del país y para enfrentar la corrupción.

RD DEBE PROMOVER DEMOCRACIA EN CUBA
El embajador norteamericano, orgullosamente boricua porque así lo expresó en el encuentro, consideró que el surgimiento de gobiernos de izquierda en Latinoamérica no es una derrota al imperio norteamericano, sino una acción producida por los esfuerzos que este ha realizado para que se logre la transparencia de los procesos electorales en una región que estuvo repleta de dictadores.

“Muchos de los cuales los impuso el propio gobierno norteamericano”, susurró una chica ácida que está leyendo un libro sobre el derrocamiento del fenecido presidente chileno Salvador Allende, hecho que marcó el inicio del férreo gobierno de Augusto Pinochet.

Pero volviendo al tema de las izquierdas Hertell expresó que el liderazgo de América Latina calla frente a la dictadura de Fidel Castro, y que en el caso dominicano el país debería contribuir con el establecimiento de la democracia en ese país.

Un colega le dijo que si el país sugería tal cosa le quitan la beca a decenas de jóvenes dominicanos que estudian medicina gratuitamente en la vecina isla.

“Ah, eso es lo malo de esa dictadura, que no se le puede sugerir nada, eso no pasa en Estados Unidos”.

SE VA SATISFECHO
Después de cinco años de representación diplomática Hertell se marcha del país. El encuentro con el Grupo de Comunicaciones Corripio fue una especie de despedida, y en ese contexto dijo que se siente agradecido del trato que ha recibido del pueblo dominicano.

“Nunca me dejó de asombrar el espíritu y la voluntad del pueblo dominicano, porque en otros sitios la pobreza es causa del terrorismo, sin embargo, aquí el pueblo quiere superarse y esta yendo en la dirección correcta”.

Hertell valoró además la libertad de la prensa dominicana, y el trato distinguido que recibió ayer de parte de los medios del Grupo Corripio, con todo y que lo embistieron con preguntas comprometedoras, a las que supo sacarle el cuerpo porque por algo es embajador, o sea, cuidadoso en grado superlativo.