WASHINGTON. AP.  El presidente Barack Obama rechazó ayer  la prohibición a que los gays presten servicio abiertamente en las fuerzas armadas, terminando con una política que resultó controversial desde su promulgación, y cumpliendo una promesa en su campaña del 2008.

  El mandatario se reunió con el secretario de la Defensa, Leon Panetta, y con el almirante Mike Mullen, el principal oficial militar de Estados Unidos, para firmar una notificación y enviarla al Congreso. El documento certifica que la preparación de los militares para actuar no será afectada al rechazar una política impuesta hace 17 años, que permitía a los gays formar parte de las fuerzas armadas siempre y cuando no revelaran su orientación sexual.   Eso significa que en 60 días será levantada la prohibición.   “Como comandante en jefe, siempre he confiado en que nuestros hombres y mujeres uniformados, que muestran una gran dedicación, emprenderán una transición ordenada hacia una nueva política que preserva la cohesión de las unidades, el reclutamiento, la conservación de efectivos y la efectividad de los militares”, dijo Obama. La medida  se esperaba, luego que el Congreso aprobó en diciembre una ley para rechazar la prohibición. Antes de la política que sólo prohibía revelar la orientación gay, las fuerzas militares prohibían terminantemente que los homosexuales formaran parte de sus filas.