Ponen fin a alzamiento en Filipinas

Ponen fin a alzamiento en Filipinas

MANILA (AP) _ Un grupo de oficiales de la infantería de marina accedió el domingo a poner fin a un levantamiento contra el gobierno de la presidenta Gloria Macapagal Arroyo, disipando así la amenaza de un golpe de estado.

   Los oficiales al parecer se retractaron de una exhortaron que hicieron a la población para que desafiase una prohibición oficial y saliese a la calle a protestar y a protegerlos del gobierno.

   Sólo unas 3.000 ó 4.000 personas acudieron al llamado, en su mayoría figuras de la oposición y dirigentes y militantes izquierdistas.

   El nuevo comandante de la fuerza, brigadier general Nelson Allaga, dijo que sus hombres respetarán el orden constitucional.

   «Resulta claro que acatamos la cadena de mando … y la autoridad legítimamente constituida», declaró Allaga luego de reunirse con oficiales dentro de la sede del cuerpo de infantes de marina.

   Allaga dijo que el enfrentamiento había sido un asunto interno. Algunos oficiales aseguraron que sólo estaban demostrando su respaldo por el comandante saliente, el general Renato Miranda.

   Circularon rumores de que los infantes de marina formaban parte de las unidades militares involucradas en el intento de golpe de estado.

   La infantería de marina, integrada por 8.000 efectivos, es considerada un cuerpo de elite, que ha estado en la línea del frente en la lucha contra guerrilleros musulmanes y comunistas y contra combatientes vinculados a la red terrorista al-Qaida.

   El general Miranda fue relevado el domingo del cargo de comandante de los marines. El vocero militar, teniente coronel Tristan Kison, dijo que Miranda solicitó ser relevado de sus deberes, citando motivos personales. Pero otras versiones indicaron que se lo obligó a renunciar.

   Kison dijo que Miranda no había sido implicado en el intento de golpe de estado. Sin embargo, el coronel de la marina Ariel Querubin, acusado el viernes de estar entre los alzados, dijo que se unía a Miranda.

   «Aguardaremos para que el pueblo venga acá y nos proteja», dijo.

   Cuando se le preguntó de qué necesitaban protegerse los militares, Querubín respondió, «De la agresión».

   Kison desestimó los rumores de que había movimientos no autorizados de las fuerzas y de que algunos militares disgustados proseguían con los planes para retirarle el apoyo a la presidenta.

   «Conservemos la calma. No hay razón para caer en pánico», dijo Kison.

   Varios comandantes militares se reunieron para evaluar la seguridad y declararon que la situación estaba controlada, un día después de que la policía detuvo al menos a tres de los principales críticos de Arroyo y allanó las oficinas de un periódico en Manila.

   Arroyo causó una airada protesta el viernes, con un decreto de emergencia que prohibe actos públicos, permite arrestos sin orden judicial, autoriza a la jefa de estado a llamar al ejército para intervenir, y le permite tomar instalaciones, entre ellas medios de prensa, cuando considere que afectan la seguridad nacional. 

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