Ponga su relación en peligro al permitirse dormir con los niños

Ponga su relación en peligro al permitirse dormir con los niños

Definitivamente dormir bien no tiene precio, por que lograr que tu cuerpo repose adecuadamente puede librarte de muchas enfermedades y aunque no lo creas también a agregar años a tu calendario.

Cuando llegan los niños, “el sueño” de los padres sufre cambios bruscos, en especial el de la madre, que es la que normalmente interrumpe sus horas de descanso por los llantos nocturnos. Dentro de este malestar otro más se cuela, uno que comienza un día como “una graciosa y tierna actitud”, pero que si se permite se convierte en una “mala costumbre”, que no sólo traerá malestar físico a todos los que se animan a practicarla, sino que además puede poner en riesgo la relación de pareja, se trata de permitir que los niños duerman con los padres o que los chiquitines se pasen a la cama de estos durante la madrugada, ya saben “ por H o por R”, siempre hallarán un motivo para justificar una práctica, que más temprano que tarde les pasará factura  a todos.

Esta práctica, lamentablemente, es generalizada. Se calcula que aproximadamente es una “costumbre” del 80 por ciento de los hogares, una cifra sin dudas alarmante, que debe empezar a disminuir enseguida, si en su casa es habitual, por más de cinco razones que interiorizarás al terminar de leer este artículo. También tendrás disponibles algunos consejos puntuales para que descontinúes  esta costumbre  y al hacerlo nadie “se traumatice”. Muchos estudios han concluido que los niños que duermen con los padres habitualmente se despiertan varias veces a lo largo de la noche.

Una habitación propia

Lo más conveniente es que el niño cuente con una habitación propia desde los seis meses de edad.

Para mantenerle controlado durante la noche puedes utilizar un interfono de manera que, a la vez de que tu hijo se acostumbra a dormir sólo, tú puedes escucharle como si estuviera a tu lado.

Ellos se sienten seguros con los padres

Para los niños es muy atractivo dormir con los padres ya que esto les proporciona seguridad.

Además, ellos desean el contacto corporal con sus progenitores. Por ello, no se les debe acostumbrar ya que una vez iniciado el hábito es muy difícil quitárselo.

Si el niño duerme contigo porque está enfermo debes devolverle a su cama una vez se encuentre en perfecto estado de salud.

Lo que nunca debes hacer es permitir que el niño duerma contigo porque tenga una pesadilla. Lo mejor es acudir a su lado y calmarlo en su cuarto.

La clave

Aprender a dormir bien

El sueño y los hábitos que lo rodean, como toda conducta humana, es susceptible de cierta modificación. Luego sí se puede aprender a dormir bien, al menos a mantener ciertas costumbres que garanticen la higiene del sueño del niño. El niño no nace “preparado” para dormir bien todas las noches, y mucho menos tal y como los padres desean que duerma. Indudablemente el sueño del niño no puede ser igual al del adulto. Los padres deben tener un conocimiento profundo de los patrones del sueño del bebé y el niño pequeño, crearles un ritual que desde pequeños les ayude a identificar cuándo es la hora de dormir, Notarán los cambios.

¿No le oyes cuando va a tu cama?

Hay padres que aseguran que es el niño el que acude a su cama cuando ellos están dormidos y que, a la mañana siguiente, aparece junto a ellos.

En estos casos, debes ingeniártelas para oírle cuando entra.

Coloca algún elemento ruidoso en la entrada de la habitación o pon las sábanas de manera que si el niño quiere meterse en la cama con ustedes tenga de despertaros.

Una vez que estés despierta debes enviar el niño a su cuarto. Déjale claro que el tiene su propia habitación.

Hay casos en los que son los padres los que no quieren dormir sin sus hijos.  Esto suele darse en matrimonios con problemas o en ausencia del padre en el hogar (por razones de trabajo, de viudedad, de divorcio).

Si una madre se acostumbra a dormir con el hijo puede dañar sin saberlo la evolución afectiva y emocional de este.

Decisiones firmes

Para lograr quitar al niño la costumbre de dormir con los padres, estos deben hacer notar a su hijo que la decisión ha sido firme.

Es decir, el niño ni puede notar que uno de los dos no está conforme porque sabrá aprovecharse de esa situación.

Para hacerlo más fácil debes lograr que su cuarto sea atractivo para él.

Deja que sea el niño el que lo decore con dibujos propios o recortes de revistas.

Además, antes de dormir puedes hacerle compañía durante un rato, cuéntale un cuento o habla con él.

Los terrores nocturnos

Junto con el sonambulismo y la somniloquia (hablar en sueños) constituyen los llamados “trastornos del despertar”.

Aproximadamente el 6 % de los niños preescolares han tenido al menos un episodio de terror nocturno. Se caracterizan porque el niño grita inconsolablemente y parece aterrorizado y confuso.

El episodio puede durar de 1 a 15 minutos, y una vez finalizado el niño se duerme inmediatamente.

Sin embargo, los padres suelen permanecer despiertos y asustados.

Pero no hay que angustiarse

Este fenómeno es muy habitual y no indica necesariamente un problema emocional.

El niño se duerme fácilmente (en realidad no está despierto durante el fenómeno) y no recuerda nada al día siguiente.

El dato

Menos intimidad de pareja

Al permitir que sus niños duerman con ustedes están poniendo en riesgo inminente su relación como pareja, imagínense que el 90 por ciento de los matrimonios que incurren en esa “mala costumbre” se separan antes de los dos años.

Lo más recomendable para la salud física y emocional de la familia es crear hábitos, que sin que anulen las demostraciones de amor, permita que sus miembros se desarrollen individualmente,

Si se trata de episodios aislados este trastorno no requiere ningún tratamiento especial.

Por otro lado y regresando al tema de que los niños necesitan dormir bien, en su cama, y los papás también, entiendan que desde que el bebé tiene un mes de vida puede perfectamente dormir en su habitación; no es demasiado pequeño para hacerlo. Sí, ya sé que a  todos los padres les gustaría poder acunar y mecer en brazos a su bebé todas las noches antes de dormir, ¿pero es esto posible y compatible con la vida diaria de los padres?, ¿podemos crear un niño dependiente y manipulador?, ¿cuáles son las ventajas y los inconvenientes de esta práctica?… hay que prever muy bien los pros y contras de cada actuación, por que les aseguro que mas temprano que tarde les pasará factura y creánme no a favor de ustedes. A continuación algunos libros que de seguro les aportarán detalles puntuales sobre este tema.

Cynthia Mc Gregor

“Vamos a la cama. Actividades para ayudar a tu hijo a conciliar el sueño”. Oniro.

Eduard Estivill Sancho

“Duérmete niño. Guía rápida para enseñar a dormir a los niños”. Plaza y Janés.

Elizabeth Pantley

“Felices sueños”. Mc Graw Hill. Colección: Actúa.

Michelle Kennedy

“Estrategias para padres desesperados: la hora de dormir. 99 consejos para mantener la calma”. Océano Ámbar.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas