Pongamos la Nación en movimiento

<p>Pongamos la Nación en movimiento</p>

FIDELIO DESPRADEL
Con esas palabras terminó su alocución al país el doctor Guillermo Moreno, el martes pasado, por Freddy y Punto, canal 9. ¡El poder lo tienes tú!, agregó Guillermo, para completar la frase.

Habló a nombre de un grupo de hombres y mujeres, y con el correr de sus palabras, fue dándole sentido a la frase y a la política que en ella está implícita:

Primero un diagnóstico de la situación. Basta aquilatar la desesperanza en los rostros y otras expresiones del grueso del pueblo dominicano, cuyos juicios fueron tajantemente expresados en la última encuesta Gallup-Hoy.

Luego, apuntó a las raíces de esa calamitosa situación que vive la nación y pueblo dominicano y a los responsables de la misma: El modelo económico impuesto desde más de cuarenta años atrás, los sectores económicos y sociales beneficiarios de ese modelo y las cúpulas políticas que le sirven a estos sectores para imponer y reproducir dicho modelo.

Más adelante, Guillermo dijo: Esos sectores sociales y las cúpulas políticas que le han servido de garantes, ¡no pueden seguir gobernando!, ¡deben ser desplazados del poder o disminuida su capacidad para seguir influenciando, como lo han venido haciendo, en la vida política, económica, cultural y moral del país.

Y en la parte más importante de su discurso, Guillermo planteó que sólo el surgimiento de una nueva generación política, con la decisión, claridad y verticalidad necesarias, que centre su acción en la unidad de la nación dominicana, puede alcanzarse el objetivo de desplazar del poder a quienes lo han detentado en los últimos 40 y más años, y cambiar el rumbo del país.

Habló Guillermo a nombre de un grupo de compromisarios, hombres y mujeres, de distinta procedencia social y de las más diversas localidades del país.

E insistió, y ello es un punto fundamental de su alocución, de que esa nueva generación política ya existe en el país; que hace tiempo que se viene encubando; que está dispersa y que es necesario apelar a estas gran fuerza potencial, para poner la nación en movimiento.

Insistió en que “eres tú” el que tiene el poder para poner esta nación en movimiento; en que hay que despertar a la acción a cada sector social y territorial afectado por la calamitosa situación del país; alentarlos a que actúen en su ámbito, sea éste una localidad o sector social específico, siempre con la mira puesta en el objetivo de unir las acciones locales y focales, con las grandes metas nacionales, hacia el impulso de un gran movimiento; un movimiento que terminará integrando a la gran mayoría activa de la población, en dirección de convertirse en fuerza política para alcanzar el poder y poder cambiar el rumbo del país.

No se trata pues de un nuevo partido, de un frente, una coalición ni ningún otro invento de esta naturaleza.

Tampoco se trata de “lanzar una candidatura”. Se trata de movilizar la nación; de instar a los ciudadanos y ciudadanas, que son los verdaderos soberanos, a ejercer su derecho y su rol fundamental.

¿Se colocará cada dominicano y dominicana progresista a la altura del reto que todos y todas tenemos? ¿Seremos los compromisarios y compromisarias de ese Acuerdo Político, consecuentes con su contenido y con la propuesta política explícita e implícita en el mismo?

¡Tengo un gran optimismo! Muchos años de esfuerzos, de cientos y cientos de activistas y militantes; de intelectuales y de los más diversos sectores de nuestra sociedad, pueden ahora lograr que alcancemos a construir una política de movilización y unión de la gran nación dominicana, y que esa política, entendida en sus aspectos esenciales, pueda lograr la conformación de esa nueva generación política, que con la fuerza de nuestro pueblo, pueda cambiar la actual correlación de fuerzas y conformar un gran Movimiento, como lo han logrado los dominicanos y dominicanas, en varias ocasiones, a lo largo de nuestra rica historia como nación.

Desde Ecuador, Bolivia, Venezuela, Brasil, Uruguay, Nicaragua, México y otros, soplan vientos promisorios, donde los pueblos apuntan a cambiar los rumbos de sus respectivos países. Y cada uno de esos movimientos, encuentran en su propia historia particular, la inspiración para poder otear el porvenir con optimismo.

No es casual, entonces, que siguiendo este signo tan marcado por los demás pueblos de América, Guillermo Moreno terminara su alocución con el siguiente pensamiento de nuestro Juan Pablo Duarte:

“Si me pronuncié dominicano independiente, desde el 1º. de julio de 1838 cuando los nombres Patria, Libertad y Honor Nacional se hallaban proscriptos como palabras infames, y por ello merecí (en el año del 1843) ser perseguido a muerte por esa facción (.); si después en el año de 44 me pronuncié contra el protectorado francés decidido por esas facciones la cesión a esta Potencia de la Península de Samaná, mereciendo por ello todos los males que sobre mi han llovido; si después de veinte años de ausencia he vuelto espontáneamente a mi Patria a protestar con las armas en la mano contra la anexión a España llevada a despecho del voto nacional por la superchería de ese bando traidor y parricida, no es de esperarse que yo deje de protestar ( y conmigo todo buen dominicano) cual protesto y protestaré siempre, digo tan solo contra la anexión a de mi Patria a los Estados Unidos, sino al cualquiera otra potencia de la tierra, y al mismo tiempo contra cualquier tratado que tienda a menoscabar en lo más mínimo nuestra Independencia Nacional y cercenar nuestro territorio o cualquiera de los derechos del pueblo dominicano”.

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