Pontífice visitó tres veces el país

Pontífice visitó tres veces el país

POR UBALDO GUZMAN MOLINA
El Papa Juan Pablo II realizó tres viajes a la República Dominicana: en 1979, durante el gobierno de Antonio Guzmán; en 1984, en la administración de Salvador Jorge Blanco, y en 1992, en la gestión de Joaquín Balaguer.

La República Dominicana fue el primer país elegido por el Papa para emprender su cruzada mundial. En 1979, luego de meses de haber asumido como sucesor del trono de San Pedro, vino al país.

El 25 de enero de ese año, Juan Pablo II descendió a suelo dominicano, para iniciar una breve visita de 24 horas en su ruta a México, donde presidió la reunión de la Tercera Conferencia Episcopal Latinoamericana.

Fue recibido en el aeropuerto Las Américas por el presidente Antonio Guzmán, el vicepresidente Jacobo Majluta y sus respectivas esposas, así como el cardenal Octavio Beras. En su discurso de llegada, el Papa habló a favor de un mundo más humano y cristiano.

Una gran multitud aclamó al Papa a lo largo de la ruta desde el aeropuerto Las Américas y la sede de la Nunciatura Apostólica

Durante su estada en el país, el Papa ofició una misa en la Plaza Independencia que aglutinó a miles de fieles y se reunió con ministros de la Iglesia Católica en la catedral. En ambos encuentros, el Papa pronunció homilías de profundo sentido cristiano.

El presidente Guzmán y su esposa Renée Klang de Guzmán visitaron al Papa en la sede de la Nunciatura Apostólica. Luego Juan Pablo II fue al Palacio Nacional a visitar a Guzmán, donde entregó un recuerdo de su viaje al mandatario.

El 26 de enero, el Papa ofició una misa en la catedral, reservada exclusivamente para sacerdotes y personas consagradas. Luego visitó el arzobispado, donde el cardenal Beras le entregó un regalo.

El Sumo Pontífice estuvo durante media hora saludando a una multitud desde el podium instalado en la segunda planta de la parroquia San Vicente de Paúl, de Los Mina. La visita del Papa a dos familias pobres que tuviesen algún enfermo en su casa, contemplada en el programa, fue suspendida a última hora.

Con motivo de esa visita, el presidente Antonio Guzmán declaró el 25 de enero como día de regocijo popular y las oficinas públicas y la mayor parte de las empresas privadas permanecieron con sus puertas cerradas. Las crónicas describían al Papa como un hombre de extraordinaria fortaleza física y gran vitalidad, pues cumplió un agitado programa sin dar muestra alguna de cansancio.

En la despedida, el presidente Antonio Guzmán y el Sumo Pontífice pronunciaron sendos discursos, escritos y breves.

En su segunda visita al país, en 1984, el presidente Salvador Jorge Blanco y el gobierno dieron la bienvenida a Juan Pablo II. El 11 de octubre, el Papa ofició una misa concelebrada en el hipódromo Perla Antillana, lugar que fue habilitado, donde hubo una pobre asistencia, atribuida a una pertinaz llovizna, debido a una vaguada, y las severas medidas de seguridad.

Al día siguiente, el Sumo Pontífice, en el Estadio Olímpico, dirigió un mensaje a la Conferencia Episcopal de América Latina (CELAM). Bendijo, además, las cruces de jóvenes de diversos países del mundo que son miembros del CELAM. En cambio del día anterior, la asistencia de feligreses fue considerable. El 11 y 12 de octubre de 1984 fueron declarados de «regocijo nacional» por Jorge Blanco.

Esta segunda visita no despertó el entusiasmo de la anterior, debido a la situación económica que vivía el país. Esta había desencadenado en abril de ese año violentos disturbios con un centenar de muertos, miles de heridos y apresados.

En esta ocasión, la población se quejó de las entaponamientos del tránsito y de las medidas de protección al Papa.

En su segunda gira al país, Juan Pablo II visitó la Catedral Primada de América y el Palacio Nacional. En la Nunciatura Apostólica recibió el saludo del cuerpo diplomático acreditado en el país. Recibió una copia del Acta de Contadora, entregada por los cancilleres de Venezuela y Colombia.

La última visita de Juan Pablo II

Esta visita pastoral al país fue hecha casi tres meses después de una operación intestinal.

En 1992, el Papa, a su llegada al país el 9 de octubre, no besó el suelo, como de costumbre, y pronunció un discurso en que dio las gracias a Joaquín Balaguer y proclamó el reto de la Iglesia Católica por la situación dramática en que viven tantas personas. Inmediatamente después abordó el papa-móvil hasta la Nunciatura Apostólica.

El 10 de octubre, el Papa y Balaguer sostuvieron un encuentro en el Palacio Nacional, en el que intercambiaron regalos, y luego el Pontífice recibió los saludos de funcionarios y dignatarios de la Iglesia Católica.

Ese mismo día ofició una misa en la Catedral Primada, en la que exhortó al clero católico a concentrar sus esfuerzos en la evangelización. El domingo 12, el Papa presidió una misa concelebrada en la explanada del Faro a Colón, en la que canonizó al beato Ezequiel Moreno y Díaz.

Al día siguiente fue a Higüey, donde ofició una eucaristía en al explanada de la Basílica Nuestra Señora de la Altagracia, en la que condenó el aborto.

Ese día, el Papa habló ante 34 cardenales y más de 200 obispos reunidos en la Casa de San Pablo, donde dejó inaugurado la Cuarta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. El 13 de octubre pidió apoyo a los haitianos que luchaban por renunciar a la violencia y por establecer un clima de tolerancia, en una reunión con los obispos haitianos en la Nunciatura Apostólica.

Ese día encabezó la eucaristía en el seminario Santo Tomás de Aquino, a la que asistieron el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, obispos, seminaristas, diocesanos y religiosos.

El papa Juan Pablo II, aunque no estaba en su agenda, visitó el hospital infantil Robert Reid Cabral, donde decenas de madres forcejeaban para poder ver de cerca al Sumo Pontífice. El último día, el 14 de octubre, durante los festejos del 500 Centenario del Descubrimiento de América, el Papa pidió perdón por las ofensas a los indígeneas que fueron maltratados y eliminados por los colonizadores españoles. Partió del país el 14 de octubre para terminar su visita de cinco días. En su despedida, el Papa clamó por la integración latinoamericana.

Vínculos con el presidente Fernández

En 18 de octubre de 1996, el Papa Juan Pablo II envió un mensaje de gratitud al presidente Leonel Fernández en atención a una misiva previa del jefe de Estado en la que le deseaba un pronto restablecimiento y al tiempo que invocó bendiciones para su gobierno.

La carta de Fernández le había sido con motivo de la intervención quirúrgica por apendicitis a que fue sometido en Roma el Sumo Pontífice.

El 18 de enero de 1999, el Papa recibió al presidente Fernández en los Palacios Apostólicos Vaticanos. La reunión, que duró quince minutos, se celebró en la Biblioteca pontificia.

A su llegada fue recibido por el prefecto de la Casa Pontificia, monseñor James Harvey, y por un grupo de gentilhombres de Su Santidad, mientras un grupo de la Guardia Suiza rendía los honores de honor.

Luego de la reunión privada, los miembros del séquito de Fernández, entre ellos Eduardo Latorre y César Iván Feris Iglesias, fueron introducidos en la Biblioteca pontificia, donde cumplimentaron al Pontífice. Tras hablar con el Papa, Fernández mantuvo una entrevista con el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Angelo Sodano.

El presidente Fernández invitó al Papa a visitar a la República Dominicana para lanzar el llamamiento a la nueva evangelización en el nuevo milenio. Fernández visitó al Pontífice en un viaje a Europa, en que visitó a Francia, España e Italia.

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