Las ultimas semanas han estado llenas del quehacer de los políticos y hasta de periodistas que en un obsesionado y agresivo maniobrar, con tejemanejes de todo tipo, tienen a la sumisa población asombrada y asustada por la forma de como sus acciones podrían alterar el magnífico clima de tranquilidad que se ha disfrutado hasta ahora en el siglo XXI.
No hay dudas, que el grupo del partido oficial que lidera la conducción del Estado y apoyado en los cuantiosos recursos que administra, está empeñado en llevar a cabo la imposición de una ley electoral que los partidos tienen que elegir en primarias abiertas a sus candidatos. No importa el costo que significaría para el presupuesto de la nación ese tremendo desaguisado.
Como algo inaudito se concibe ese empeño tozudo y prepotente que busca aplastar cualquier otra aspiración dentro del PLD y hasta del mismo PRM que muchos de sus dirigentes les hacen coro a los patrocinadores gobiernistas de esa forma interna de elección partidaria.
La resurrección del caso de Odebrecht al inicio de la semana arropa todo el panorama en que las abundantes y peligrosas lluvias pasan a un plan secundario como la avalancha de agua que el río Nizao ha puesto en peligro la presa de Valdesia y el contra embalse de Las Barias. Y como algo sin madurar debidamente, al querer imponer el tipo de elecciones abiertas para los partidos, se engendraría un tollo logístico y económico cuyo elevado costo estimularía una tremenda abstención en que el votante preferiría quedarse en su casa y no estar en fila para votar por la frecuencia de esas comparecencias electorales.
Y este popurrí político ha estado salpicado de sorpresas previstas por los viejos rumores en el tapete de la apertura formal de relaciones diplomáticas con la China Popular, en que el gobierno dominicano cubeó y jugó dos cabezas con los chinos de Taiwán. Tan solo hacía pocas semanas que se le había aceptado una gran donación de equipos de transporte militar. También habían enviado a altos funcionarios a visitar al país, los cuales fueron rechazados por la Cancillería y el Palacio Nacional, como presagio de lo que ya se estaba cocinando para las relaciones formales con el gigante chino. Fue poco elegante el estilo de romper relaciones con Taiwán, que por tantos años había sido un colaborador fiel de las necesidades y necedades dominicanas, como resultó ser la donación del magnífico hospital Taiwán en Azua.
Y por otro lado, mientras el presidente Medina alababa las excelentes condiciones del recién reabierto hospital Moscoso Puello e invitaba a la ciudadanía a dejar de lado la asistencia a las clínicas privadas, y ponderaba las magníficas y bien equipadas instalaciones, en Barahona morían por descuidos médicos y falta de condiciones, de higiene y equipos una serie de niños prematuros. Ahora se pretende poner candados después del lamentable daño a la vida de niños pobres. Y la mayoría de esas criaturas provenían de los vientres de haitianas que tan frecuente es verla buscando asistencia en ese centro barahonero. Y también la reciente huelga en el hospital de Mao sirven para sacudir a una administración pública que con todas sus inversiones de gran monto en hospitales, su atención y capacidad de maniobras, está más concentrada en las marrullerías de la política y de cómo imponer las primarias abiertas que les conviene a sus propósitos del continuismo.
Pese a las cuantiosas inversiones realizadas en el campo de la educación, que ha dotado a casi todas las poblaciones de magníficos palacios escolares, todavía hay un largo trecho por recorrer para que el estudiante responda a esa existencia de buenas instalaciones, bien equipadas y todas con modernos sistema de computación que ha sumergido a la educación en la república digital. Y es que el magisterio continua con sus fallas de origen con un gremio altamente politizado y solo buscando prebendas de las más diversas índoles. Es un arrastre muy difícil de extirpar por las fallas que acarrean consigo de su formación, motivaciones y preparación. Las conquistas salariales ya logradas no se reflejan en la calidad de la enseñanza que imparten cuando el estudiantado joven dominicano fracasa en sus esfuerzos de ser buenos estudiantes provocando que en las pruebas sean rechazados más del 50%. Esa falta de asimilación e ineficaz enseñanza de los maestros confirma que son ellos los que deben capacitarse y motivarse para enseñar. Y es que dan muestras que es poca la vocación para tan delicada función de enseñar a las mentes jóvenes.
Y el popurrí político recibe un sazón altamente anhelado en los mentideros por el destape de nuevas acusaciones del caso Odebrecht. Y es que aquí todo va relacionado cuando existen mentes políticas expertas y altamente inteligentes en amoldar a la opinión pública y apartarla de cualquier otro tema candente que pudiera perjudicar al Gobierno.