A gritos exigían ayer los moradores de la Zurza el cierre del colmado La Roka, en la calle Respaldo María Montez de ese sector, donde una fiesta de hip hop amenizada por el rapero Pablo Piddy terminó en la madrugada de ayer con un saldo de tres muertos y al menos seis heridos.
Los muertos fueron identificados como Daniel Lantigua Peralta (Danielito) de 17 años de edad; Estefani Gissel Encarnación, de 21, y Juan Manuel Caraballo García, de 19.
Los heridos son Andrés Féliz, de 40 años de edad; Joel Delgado, de 25; Alexandra María Rivera Arias y Joel Morel Sánchez, de 32; Ruddy Gilberto Núñez, de 27, y Clara Lucía Santos (La Morena), de 39.
Versiones recogidas en el lugar de los hechos dan cuenta de que dos hombres conocidos en la zona y por la Policía como Hansel Uzi y un tal Ricky, a quienes se les atribuyen varios asesinatos, iniciaron la balacera.
Además de Uzi y Ricky la Policía perseguía ayer a otros dos hombres que llegaron al negocio disparando como en el viejo Oeste de los Estados Unidos, sembrando el terror en el barrio.
En medio de las lamentaciones por la pérdida de su hijo Juan Manuel Caraballo García, su madre Rosario García lloraba que los pandilleros segaran la vida de uno de sus dos muchachos, ya que tiene otro de 20 años.
García aclaró que su hijo trabajaba con ella en una fritura frente a su casa, la número 112, en un callejón de la calle Respaldo José Martí, por lo que descarta cualquier versión que pretenda involucrarlo en asuntos reñidos con la ley.
Andrés Mateo, quien pertenece a la iglesia evangélica, así como María de Jesús y Andrés Custodio, vecinos del lugar de la tragedia, aprovecharon para exigir al ministerio de Interior y Policía el cierre del colmado La Roka, porque se ha convertido en uno de los principales centros de violencia en La Zurza.
Denunciaron que en menos de tres años en el mencionado establecimiento de expendio de bebidas alcohólicas han perdido la vida más de 15 personas, en su mayoría jóvenes, por lo que ya es tiempo de que se detenga esa fábrica de muertos.
De su lado, Eloisa Encarnación, madre de Gissel Encarnación, quien vivía en la casa número 20 en un callejón de la Respaldo María Montez, narró que su hija apenas tenía cinco meses que había llegado de un campo de San Juan de la Maguana con el objetivo de ayudarla, pero que los pandilleros se la llevaron, dejando además dos niños en la orfandad, uno de tres y otro de cuatro años.
Gissel trabajaba en una casa de familia y su madre aprovechó para demandar de las autoridades el desmantelamiento de La Roka, porque de lo contrario seguirán cayendo más jóvenes inocentes.
Próximo al lugar hay una iglesia católica y varios multifamiliares.
Ana Maria Lopez
Me la mataron
Los testimonios sobre crímenes en el establecimiento conocido como La Roka surgen por donde quiera en La Zurza, como el de Ana María López, quien hace un tiempo perdió a su hija Dinna Emerita López, de 17 años. Con la foto de su hija en el pecho narra murió cuando un hombre que tomaba en ese lugar la vio pasar por el frente y esta no acudió al llamado que le hizo, disparándole a la cabeza de inmediato. Cree que Wilton, el propietario de La Roka, está muy bien conectado con las autoridades, ya que a pesar de las acciones de violencia que se producen en el lugar ese colmado sigue abierto como si los que vivimos en este barrio no tenemos derechos a vivir en paz. Ese negocio tiene como seis o siete años y es un antro de muerte.
Los que corrieron
Diosira Estefani Encarnación, hermana de Gissel, narró que estaba en la fiesta junto a su esposo y que se salvó milagrosamente, ya que a pesar de que huyeron, los pandilleros siguieron disparándoles. En tanto que Manuel y Pedro Juan Lantigua, padre y tío de Daniel Lantigua, quien vivía en la calle Rubén Darío número 7 del sector El Manguito, próximo a La 42 de Capotillo, atribuyó la matanza a la poca acción de las autoridades para desarmar a tantos delincuentes que hay en esos barrios. En la tarde de ayer la Policía había detenido al tal Hansel Uzi.