Por algún lado al coco le entra agua…  

Por algún lado al coco le entra agua…   <BR>

La maraña de confusos intereses que motoriza el interés mediático en cierta clase de escándalo puede llegar a ser tan enredada que muchas veces ocurren carambolas inesperadas, como aquellas que raras veces se ven sobre la verde pana de un billar.

Usemos de ejemplo el caso más escabroso de estos días, el acoso a que se ha sometido al influyente senador demócrata de origen cubano Robert Menéndez tras una denuncia anónima, y hasta ahora infundamentada, de que se habría acostado con prostitutas menores de edad en La Romana, agravando su desliz con un supuesto “cubo” al no pagar lo convenido por los servicios sexuales.

La cuestión ha sido noticia legítima por sí misma. Pero resulta que el drama se torna más espeso porque la persona que habría provisto la compañía femenina profesional al legislador estadounidense es el conocido médico dominicano Salomón Melgen. Éste, con una larga trayectoria como donante y recaudador de fondos para el Partido Demócrata en la Florida, fue visto por mí hace unos meses en el resort donde habría ocurrido el lenocinio custodiado por más guardaespaldas que cualquier dignatario. En aquel entonces me pregunté, “¿y por qué andará Salomón Melgen con tanta escolta hiper-armada”?”.

Al mismo tiempo que una diversidad de medios norteamericanos dedica enorme atención al escándalo de Menéndez, recién escogido presidente del comité de relaciones exteriores del Senado, que es uno de los más poderosos puestos políticos en Washington, oficiales federales allanaron en la Florida las oficinas del doctor Melgen y declararon que hay múltiples motivos, entre ellos investigaciones en curso por reiteradas evasiones del pago de impuestos.         

Los parientes locales de Melgen, el poderoso clan político-jurídico del doctor Marino Vinicio Castillo, quedó embarrado con el asunto cuando se imputó (je je, ¡qué palabra!) a su hijo menor Vinicio Castillo Semán haber acompañado o provisto una embarcación de recreo a Menéndez y Melgen para su supuesta aventura con prostitutas de alto vuelo en territorio dominicano.

Vinicio ahora afirma que todo el escándalo se origina en el interés de Melgen en un negocio para instalar rayos equis en puertos dominicanos, cuyo contrato ha sido denunciado desde su origen en múltiples ocasiones hasta por la Cámara Americana de Comercio, y vincula a quienes dizque se oponen al negocio de Melgen con un interés que coincidiría con el de los narcotraficantes.

¡Resopla! O como decía Torombolo: ¡recórcholis!

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