Por amor a la justicia

Por amor a la justicia

[b]Señor director:[/b]

A distancia, como espectadora dentro de un gran circo, asisto al repetido espectáculo de «La Lucha de los Médicos». Me apena ver que nuestra sociedad obligue a profesionales que no tienen (y por definición no podrían tener) vocación de agresividad, a ejercer funciones de sindicatos. Y es tan ajeno este papel a este grupo social, que… ahí están los resultados: siempre pierden.

Que los médicos tengan que hacer huelga para que se le reconozca el derecho a un salario correcto debe avergonzarnos a nosotros como sociedad, no a ellos. Que aún a pesar de sus reclamos no consigan el reconocimiento demandado, debe avergonzarnos a nosotros, no a ellos. Que cada vez que se ven en la necesidad de expresar sus exigencias como si fueran simples obreros, lluevan las voces escandalizadas de todos los sectores de la sociedad (iglesia, políticos, periodistas, intelectuales, empresarios, etc) atacando a los médicos, debe avergonzarnos a nosotros, no a ellos.

Que nos moleste o no, no cualquiera, no todos podemos ser médicos. Siempre podremos ser otras muchas profesiones, pero estudiar, llegar a ser médicos y ejercer esta profesión, eso es para unos pocos. En adición al rol que juegan en la sociedad, este simple hecho, por sí solo, reclama respeto y prestigio para los galenos. El nivel de reconocimiento o rechazo por encima o por debajo de este básico, se lo ganarán cada cual con el ejercicio de su profesión.

Ningún médico debe estar sometido a las condiciones vejatorias en que nosotros le obligamos a vivir (pluriempleo para sobrevivir, digo bien, para sobrevivir, irrespeto de pacientes y comentaristas sin autoridad, amenazas legales, etc).

Sin embargo, en cualquier otra profesión u oficio (secretarias, abogados, periodistas, diputados, banqueros, economistas, religiosos, etc.) se gana mucho más que siendo médico especialista.

Esta Administración Pública ha sabido alcanzar records en luchas a las que prácticamente nadie apostaba al éxito (para muestra los Juegos Panamericanos 2003), pero en este caso está desperdiciando una oportunidad de oro para barrer de una vez por todas con el círculo vicioso de médicos muy mal pagados -servicios médicos deficientes. Es un reto sustancial, pero no difícil de alcanzar. Falta acto de conciencia, voluntad y dedicación a lograr el ajuste sin crear otros problemas.

Ellos reclaman el 100% de aumento, en justicia, es poco.

Seamos justos, seamos honestos, seamos valientes y acabemos con esta vergüenza que es nuestra, no de ellos.

Atentamente,

Norka Michelén N.

[b]Amenazado[/b]

[b]Señor director:[/b]

El licenciado Hatuey De Camps ha propuesto al mayoritario sector anti-reeleccionista del PRD, la escogencia de un candidato presidencial para cerrarle el paso definitivo a la odiosa y disociadora reelección del Presidente de la República ingeniero Hipólito Mejía.

La auspiciosa propuesta, salida del genio político del licenciado De Camps, es la gran alternativa electoral para las elecciones del próximo 16 de mayo, que le garantiza el triunfo al Partido Revolucionario Dominicano y le devuelve la soberanía que reside fundamentalmente en sus bases para elegir la esencia misma de esa gloriosa organización política, fundada el 5 de julio del año 1939.

Hace 65 años el PRD nació definido, sustentado en unos principios antireeleccionistas y de amplia base, apoyado única y exclusivamente en la soberanía nacional, libertad, democracia y la justicia social.

Hoy, nuestro partido y su esencia están siendo amenazados por individuos y grupúsculos anarquistas amparados en el poder y el denominado PPH, que premeditadamente se propusieron llegar al poder utilizando como vehículo el PRD, para luego fosilizarlo y darle paso a sus malsanos propósitos, asaltando el orden institucional que dio origen a nuestra organización política.

Hago un ferviente llamado a los verdaderos perredeistas inspirados por su simpatía y lealtad a los ideales socialdemócratas del doctor Peña Gómez, apoyar militante y decididamente la propuesta de los principios del PRD, hecha por un dirigente que sí le duele y sufre por nuestro partido: el licenciado Hatuey de Camps.

Atentamente,

Pedro Estrella

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