De cara a las elecciones del 15 de mayo, los partidos de izquierda se han dispersado en torno a las dos propuestas con más fuerza, en vez de presentarse con un candidato fruto del consenso. Con la integración de la denominada “Convergencia para un Mejor País” el Frente Amplio, el Partido Democrático Independiente y el Partido Humanitario Dominicano declararon su apoyo a la candidatura presidencial de Luis Abinader, del Partido Revolucionario Moderno (PRM).

En el otro extremo, el Movimiento Izquierda Unida (MIU) y el Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), respaldan la reelección del presidente Danilo Medina, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Apoyo al PRM. La dirigente de izquierda y miembro del Frente Amplio, Virtudes Álvarez, asegura que el PLD ha llevado al país a una situación política, social y económica en la que “no basta con los ideales de izquierda para producir el cambio que la sociedad dominicana necesita”.

Al crear la Convergencia, los partidos que la integran entendieron que la propuesta del PRM es la alternativa al modelo predominante de control impuesto por el PLD.

“Se requiere la voluntad amplia y plural de la ciudadanía en torno a un proyecto de desarrollo alternativo e inclusivo que reivindique la plataforma productiva nacional, la soberanía y que discuta con cualquier Estado, en igualdad de condiciones, y amparado en el principio de beneficio recíproco”, considera.

Sin embargo, no fue al PRM a quien el Frente Amplio le hizo la primera propuesta de respaldo para las elecciones de 2016. Virtudes Álvarez narra que al primer dirigente que se acercaron con el fin de respaldarlo, como hicieron en 2008, fue a Guillermo Moreno, de Alianza País.

Explica que pese a llevarle una propuesta por escrito y consensuada en asamblea, además de que el presidente del Frente Amplio, Fidel Santana, le envió una carta pública a Moreno, este nunca respondió. “Nosotros no sabemos, ni sí, ni no. Simplemente nunca nos dio respuesta”, recalca.

Apoyo al PLD. Asimismo, el presidente MIU, Miguel Mejía, considera que la izquierda no ha creado las condiciones para ser una opción electoral. Advierte que “el problema del pueblo no se puede resolver desde una óptica meramente ideológica”.

Asegura que los problemas del país convocan al pueblo a unirse en una unidad pluri ideológica y partidista sustentada en una plataforma política y un programa de gobierno como el de Danilo Medina, porque su accionar ha sobrepasado las expectativas de su oferta electoral.

Mejía entiende que quizás por falta de tiempo el jefe de Gobierno no ha podido aplicar algunos aspectos de su plan de desarrollo por lo que el país debe votar para que se mantenga en el cargo por cuatro años más.

El dirigente de izquierda considera que los movimientos y partidos que se definen como “izquierdistas” deben autocriticarse porque enarbolaron más los procesos de otras naciones y los pensadores de otras latitudes que sus propios héroes y próceres, lo que fue llevándolos a una contaminación ideológica.

Explica que desde 1978 los partidos de izquierda han tenido que readecuarse y sintonizar con los signos de los nuevos tiempos.

En el caso del MIU firmaron alianza con el PLD desde 1993, pero según Mejía otros partidos se han quedado rezagados.